Los médicos inhiben el crecimiento de una niña discapacitada en EE UU

Los padres de una niña estadounidense de nueve años que sufre una enfermedad incurable llamada encefalopatía estática han dado a su hija un tratamiento que evita su crecimiento. El proceso comenzó hace un año, pero los padres lo revelaron en la noche de fin de año en Internet. Los médicos que atienden a la niña consideran que es una decisión acertada porque mejora su calidad de vida; otros consideran que es un tratamiento antinatural que sólo beneficia a los padres.

Ashley tiene nueve años. Su mente es la de un bebé de tres meses, y nunca podrá hablar o andar. Permanece tumbada donde la...

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Los padres de una niña estadounidense de nueve años que sufre una enfermedad incurable llamada encefalopatía estática han dado a su hija un tratamiento que evita su crecimiento. El proceso comenzó hace un año, pero los padres lo revelaron en la noche de fin de año en Internet. Los médicos que atienden a la niña consideran que es una decisión acertada porque mejora su calidad de vida; otros consideran que es un tratamiento antinatural que sólo beneficia a los padres.

Ashley tiene nueve años. Su mente es la de un bebé de tres meses, y nunca podrá hablar o andar. Permanece tumbada donde la dejan sus padres, que por eso la llaman "el ángel de la almohada". Hace un año, los médicos del Children's Hospital and Regional Medical Center de Seattle hablaron con los padres de Ashley sobre un tratamiento denominado "atenuación del crecimiento" que frena su crecimiento en poco más de 1,30 metros y su peso en 35 kilos gracias al empleo de altas dosis de estrógeno. A la niña se le han extirpado también los ovarios y las glándulas mamarias.

Cuando un semanario médico reveló el caso en octubre del año pasado, el debate habló de los peligros éticos de una situación que alguien denominó frankesteniana. Los padres, sin embargo, ofrecen una larga y dolorosa explicación para justificar su decisión: "En contra de lo que pensaba mucha gente, la decisión no fue difícil para nosotros. Ashley estará físicamente mucho más cómoda si no sufre dolores menstruales, si no sufre la incomodidad de unos pechos grandes, y, sobre todo, un cuerpo más pequeño y más ligero es mejor para estar siempre tumbada o para ser llevada de un sitio a otro", escriben en Internet. Según los padres, así "Ashley puede integrarse mejor en la vida familiar". "Permite que podamos ofrecerle más comodidad, cercanía, seguridad y amor en sus comidas, en el coche, que podamos abrazarla, tocarla...". Daniel Gunther, el endocrinólogo de Ashley, admite que es normal que la gente piense: "¿Cómo puede alguien hacer esto?". "Pero cuando explicas los beneficios del tratamiento para la niña, la gente empieza a comprender que es una decisión sabia", asegura.

Ashley, en su cuna en 2003, foto difundida por la familia en Internet.

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