Reportaje:

Siemens, bajo sospecha

La justicia investiga al grupo alemán por supuestos sobornos a políticos y empresarios

Un escándalo de corrupción sacude desde hace semanas a Siemens, primera empresa alemana de tecnología. Tras el registro de la central del consorcio llevado a cabo en la capital bávara por casi 300 funcionarios para investigar un supuesto delito de desfalco, la fiscalía informó de que dos denuncias anónimas y las peticiones de colaboración judicial llegadas de Suiza e Italia pusieron a sus investigadores tras la pista del desvío de unos 200 millones de euros a cuentas secretas en el extranjero. Las indagaciones apuntan a que el desfalco lo cometieron al menos seis empleados, ahora en prisión pr...

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Un escándalo de corrupción sacude desde hace semanas a Siemens, primera empresa alemana de tecnología. Tras el registro de la central del consorcio llevado a cabo en la capital bávara por casi 300 funcionarios para investigar un supuesto delito de desfalco, la fiscalía informó de que dos denuncias anónimas y las peticiones de colaboración judicial llegadas de Suiza e Italia pusieron a sus investigadores tras la pista del desvío de unos 200 millones de euros a cuentas secretas en el extranjero. Las indagaciones apuntan a que el desfalco lo cometieron al menos seis empleados, ahora en prisión preventiva, que "formaron una banda" dentro de la empresa para estas actividades.

Fiscales de Múnich, Liechtenstein, Suiza e Italia tratan de averiguar si el dinero sirvió para la obtención de contratos en medio mundo mediante el soborno de ejecutivos y políticos. Por ejemplo, parte del dinero desviado pudo utilizarse para sobornar a instituciones griegas y obtener así contratos para las obras de los Juegos Olímpicos de 2004, según explica hoy el semanario Der Spiegel.

La presión sobre los directivos de la sociedad aumentó con las declaraciones de uno de los detenidos, publicadas el sábado por el diario Süddeutsche Zeitung. Según el rotativo, el empleado apuntó alto en los interrogatorios y acusó a un antiguo miembro de la dirección, Thomas Ganswindt, de connivencia con los acusados. Ganswindt, que dejó Siemens hace pocos meses, dirigió la unidad de telecomunicaciones del consorcio, de donde la fiscalía cree que provenía gran parte del dinero desviado.

La dirección de Siemens publicó el jueves un comunicado en el que anunció el endurecimiento de las normas de conducta para sus trabajadores y el establecimiento de una fuerza de choque que acabe con estas prácticas.

Sin embargo, el historial de Siemens en el cuidado del paisaje, eufemismo alemán para el soborno y el pago de comisiones, viene de largo y les ha valido condenas de cárcel a varios de sus empleados. A pesar de que, hasta principios de los noventa, el consorcio acostumbraba a asumir los gastos legales de sus trabajadores acusados de corrupción.

En España, Siemens fue objeto de una investigación judicial que destapó una compleja trama de sobornos políticos y lavado de dinero relacionada con la adjudicación de las obras del AVE entre Madrid y Sevilla, bajo el Gobierno socialista de Felipe González. Siemens obtuvo en 1989 contratos para la construcción del trazado del AVE por valor de más de 600 millones de euros con mediación de empresarios con carné del PSOE y con el apoyo del entonces embajador alemán en Madrid, Guido Brunner, que en 1992 entró en Siemens como consejero.

Alemania, donde las sociedades pudieron hasta 1999 desgravar legalmente los sobornos en el extranjero como un gasto más, no ha ratificado aún la convención contra la corrupción de la ONU (UNCAC). Pero el buque insignia de su ingeniería no está sólo en la sospecha. En septiembre, un tribunal de Múnich condenó a un ejecutivo de BMW a tres años de cárcel por aceptar sobornos. Por su parte, DaimlerChrysler despidió este mes a varios directivos por irregularidades en las cuentas y reconoció que "se efectuaron pagos inadecuados" desde la empresa.

Y en cuanto al gigante Volkswagen, continúan las investigaciones sobre los casos de corrupción, viajes de lujo y prostitución pagada que la pasada semana dieron en la cárcel con los huesos de Klaus Volkert, antiguo presidente de su comité de empresa.

Imagen de la sede principal de Siemens en la ciudad alemana de Múnich.REUTERS

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