El PP se queda solo en el Congreso en la defensa de la política de trasvases

Dos diputados populares de Aragón rompen la disciplina de partido y no votan la moción

Todos los grupos anunciaron anoche en el Congreso su oposición o abstención, en el caso de CiU, a la moción del PP en la que reclamaba la recuperación de la política de trasvases. El principal partido de la oposición, cuyas posiciones entre sus representantes en las distintas comunidades afectadas son bien diferentes, encontró ayer un punto intermedio en los intereses de su partido en Aragón y Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana y Murcia: la idea de que las cuencas deben tener "preferencia para el uso del agua, pero sin dejar de lado la solidaridad". La moción no se había votado al...

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Todos los grupos anunciaron anoche en el Congreso su oposición o abstención, en el caso de CiU, a la moción del PP en la que reclamaba la recuperación de la política de trasvases. El principal partido de la oposición, cuyas posiciones entre sus representantes en las distintas comunidades afectadas son bien diferentes, encontró ayer un punto intermedio en los intereses de su partido en Aragón y Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana y Murcia: la idea de que las cuencas deben tener "preferencia para el uso del agua, pero sin dejar de lado la solidaridad". La moción no se había votado al cierre de esta edición.

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El PP repartió en la tribuna su intervención entre la diputada valenciana María Angels Ramon Llin y el aragonés Santiago Lanzuela. Ambos hicieron su particular interpretación, pactada anteriormente, de lo que significaba el segundo punto de la moción que se estaba votando, que señala: "El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que se incluyan los trasvases en la planificación hidrológica de España como medida complementaria, ante la insuficiencia del programa AGUA". Para Ramon Llin, este texto se tiene que interpretar de la siguiente manera: "Es razonable que las cuencas tengan preferencia para el uso del agua, pero siempre que estos extremos no pongan en peligro la solidaridad. Hay que establecer el uso de los sobrantes de manera no prioritaria".

Esta alambicada fórmula utilizada para explicar una moción que no es tan ambigua tiene su origen en disgusto que ha provocado en el PP de Aragón y de Castilla-La Mancha tener que votar de nuevo en el Congreso una moción a favor de los trasvases, una política que al menos en Aragón ha sido muy perjudicial para los intereses del PP. Diputados de este partido de Aragón y Castilla-La Mancha mostraban en privado su disgusto porque la dirección del grupo parlamentario haya propuesto esta moción en un momento preelectoral delicado para ambos partidos.

En la tribuna, Lanzuela señaló: "Una vez respetado el Plan Hidrológico Nacional (PHN) en sus apartados no derogados -esto es, la parte que se refiere a las infraestructuras para Aragón- ante hipotéticas transferencias, éstas deberán contar con el consenso de las comunidades autónomas afectadas, apoyándose en la solidaridad".

Nada de todo esto venía en la moción, pero sí es prácticamente calcado al ambiguo texto que Mariano Rajoy, líder del PP, logró pactar la semana pasada con los cuatro barones afectados para tratar de aplacar la guerra del agua, que afecta tanto al PP como al PSOE.

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Lanzuela señalaba después en los pasillos: "El problema no es trasvase sí o trasvase no. El problema es que debemos pactar entre todos una política hídrica de carácter nacional".

El PP, tras una reunión ayer en el Congreso en las que participó María Dolores de Cospedal, máxima dirigente del partido en Castilla-la Mancha, se centró de nuevo en ese texto de mínimos para evitar la ruptura, aunque lo que se votaba era una apuesta clara por los trasvases muy lejos de esas ambigüedades. El propio Rajoy señaló en el Senado que la moción era compatible con ese texto de mínimos pactado en su partido. Preguntado sobre la posibilidad de que el PP proponga un cambio en el Estatuto de Castilla-La Mancha para retirar la eliminación del trasvase Tajo-Segura que propugna para 2015, Rajoy se limitó a contestar que esa responsabilidad corresponde a su partido en esa comunidad, y rehusó avanzar cuál es su posición sobre esa posible reforma.

La valenciana Ramon-Llin espetó molesta a los socialistas: "Están despertando enfrentamientos entre cuencas que ya se habían arreglado. Ustedes están trazando una tela de araña y no van a conseguir que caigamos en ella. Aquí dejamos clara la postura única del PP".

Los demás grupos criticaron a los populares por empeñarse en defender la política de trasvases. Sólo CiU señaló que se abstendría, molesta con la política del agua del Gobierno. La socialista Joana Serna reiteró el rechazo de su grupo al PHN. La representante de IU-ICV, Isaura Navarro, espetó al PP valenciano: "Si estuvieran preocupados por el agua dejarían de construir donde no hay".

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