Zapatero pide a Montilla que abra una etapa de "sosiego"

El presidente del Gobierno afirma que velará por mantener "buenas relaciones" con CiU

Tras el debate estatutario, el anticipo electoral y los baches del Gobierno de Pasqual Maragall, Cataluña requiere de estabilidad. Y no sólo en su Gobierno, también necesita irradiarla al exterior. Esto es lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en presencia de José Montilla, dijo ayer en el foro Tribuna Barcelona. En concreto pidió a las fuerzas políticas catalanas que abran "una etapa de sosiego" al tiempo que le pedía a una todavía irritada Convergència i Unió mantener las "buenas relaciones" en el Congreso.

La intervención de Zapatero había levantado expecta...

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Tras el debate estatutario, el anticipo electoral y los baches del Gobierno de Pasqual Maragall, Cataluña requiere de estabilidad. Y no sólo en su Gobierno, también necesita irradiarla al exterior. Esto es lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en presencia de José Montilla, dijo ayer en el foro Tribuna Barcelona. En concreto pidió a las fuerzas políticas catalanas que abran "una etapa de sosiego" al tiempo que le pedía a una todavía irritada Convergència i Unió mantener las "buenas relaciones" en el Congreso.

La intervención de Zapatero había levantado expectación por ser su primera comparecencia en Barcelona tras el acuerdo para reeditar el Gobierno tripartito de izquierdas con el republicano Josep Lluís Carod Rovira como vicepresidente. Pero los más de 600 empresarios y representantes de la sociedad civil que participaron en el coloquio demostraron estar más preocupados por el déficit de infraestructuras de Cataluña, por el mal servicio de Renfe y por los anacronismos que arrastra el aeropuerto de Barcelona que por los pactos que en el plazo de una semana convertirán al socialista José Montilla en presidente de la Generalitat.

Con todo, Zapatero no se abstuvo de pedir, hasta en tres ocasiones, la vuelta al "sosiego" que, en su opinión, un día dominó la política catalana y que es el más favorable para que "crezcan las ideas y los valores más nobles". En opinión del presidente, "la personalidad de Montilla acompañará" para abrir esta nueva etapa.

Entre los 600 asistentes hubo presencias y ausencias que revelaron el cambio de etapa política que vive Cataluña. No acudió el todavía presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Lo motivaron, según fuentes de Presidencia, "problemas de agenda". En cambio, sí asistieron los máximos dirigentes del tripartito catalán: José Montilla, que presentó la conferencia, Josep Lluís Carod Rovira (ERC) y Joan Saura (ICV), que al finalizar la conferencia intercambiaron unas pocas palabras con el presidente.

Tampoco asistió ningún representante de la cúpula de Convergència i Unió pese a que alguno de sus dirigentes figuraba en la lista oficial de participantes. Pero pese a esta ausencia, Zapatero no desaprovechó la oportunidad para lanzar un guiño a una formación que el PSOE quiere mantener como socia en el Congreso pese a haber sido relegada a la oposición en Cataluña. Ante la plana mayor del PSC y de buena parte de los consejeros del Gobierno catalán, Zapatero no dudó en decir que piensa preservar las "buenas relaciones" con CiU para respetar, dijo, la "pluralidad" del espacio político catalán. Agradeció el apoyo de Esquerra Republicana en el Congreso, pero repitió que no cesará en su empeño de lograr, también, el de los convergentes.

Pero lo que más intervenciones motivó entre el público asistente no fueron los pactos, sino los déficit de Cataluña, sobre todo en materia de infraestructuras. Así, Zapatero, preguntado en dos ocasiones cuándo dará el Estado entrada a la Generalitat en la gestión del aeropuerto de El Prat, respondió con inconcreciones. Por una parte dijo que está decidido a cambiar el modelo aeroportuario español para dar paso a una "gestión compartida" con la Generalitat. Rechazó poner fecha a esto con el fin de evitar que el cambio de gestión de El Prat pueda perjudicar a otros aeropuertos que económicamente no son autosuficientes.

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Zapatero sí pudo aportar datos más concretos al recibir las quejas de un asistente por los constantes problemas de las líneas de Cercanías de Renfe en Cataluña. Tras pedir forlmalmente "disculpas" al más de medio millón de ciudadanos afectados por las averías y retrasos de los últimos meses, el presidente del Gobierno aseguró que velará por el cumplimiento del plan que prevé una inversión de 230 millones de euros hasta 2008 para la mejora de vías, trenes y estaciones.

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