Nítida Campoamor
Aniversarios, antídoto contra el olvido y la desmemoria. Motivo para recuperar figuras arrinconadas, acontecimientos difuminados, o ambas cosas a la vez. Ocurre ahora con la figura de una pionera, Clara Campoamor, diputada republicana y madre del voto femenino en España. Tres cuartos de siglo después de que se reconociera por primera vez ese derecho, en 1931, llegan a los anaqueles dos obras sobre la figura de esa feminista clave en la historia de España y, sobre todo, de las españolas. Una es de nuevo cuño. Se trata de ...
Aniversarios, antídoto contra el olvido y la desmemoria. Motivo para recuperar figuras arrinconadas, acontecimientos difuminados, o ambas cosas a la vez. Ocurre ahora con la figura de una pionera, Clara Campoamor, diputada republicana y madre del voto femenino en España. Tres cuartos de siglo después de que se reconociera por primera vez ese derecho, en 1931, llegan a los anaqueles dos obras sobre la figura de esa feminista clave en la historia de España y, sobre todo, de las españolas. Una es de nuevo cuño. Se trata de La mujer olvidada. Clara Campoamor y su lucha por el voto femenino, de Isaías Lafuente. Bebe de la otra, Clara Campoamor. La sufragista española, de Concha Fagoaga y Paloma Saavedra, una completísima biografía que se reedita revisada.
"Este libro no es un ensayo. Tampoco es una novela", advierte el periodista Lafuente. Opta por convertir a la propia Campoamor en narradora, lo que le permite dar aire de memorias a una obra que se ciñe, sobre todo, a la trayectoria parlamentaria de la modistilla que logró convertirse en una de las primeras abogadas con despacho abierto en Madrid. A partir de las actas del Congreso de los Diputados, el texto recrea la dura lucha que protagonizó Campoamor en torno al voto femenino. En la trinchera opuesta tuvo a Victoria Kent. Ellas eran las dos únicas diputadas.
La obra de la catedrática de periodismo Fagoaga y la politóloga Saavedra, editada por primera vez en 1981, abarca de forma exhaustiva la trayectoria de esta sufragista. Aporta también luz sobre la vida en el exilio de una pionera muerta en el olvido y a la que un logro como el voto femenino le costó la carrera política. La vida de Campoamor se apagó en Lausana (Suiza) en 1972, sin ver cumplido el sueño de regresar abierta y libremente a su país. Faltaban aún unos años para que las mujeres -y los hombres- volvieran a votar libremente.