El jurado declara culpable de homicidio a un 'skin' por el crimen del 'okupa'

El tribunal absuelve al otro acusado y la fiscal anuncia recurso por la actuación del juez

Una condena y una absolución. El tribunal del jurado declaró ayer culpable de homicidio a Aitor Dávila y absolvió a Emilio Cortés de la muerte de un okupa durante las fiestas de Gràcia de Barcelona. La fiscalía y el resto de las acusaciones consideraban que se trataba de un asesinato, pero el jurado entendió que fue un homicidio. De esa manera, se rebaja la horquilla de la pena que le podrá imponer el juez, que oscilará entre 10 y 15 años de prisión.

"Tranquilo, hijo mío, que tú no has hecho nada". Ésas fueron las palabras con que la madre de Aitor Dávila despidió a su hijo al sa...

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Una condena y una absolución. El tribunal del jurado declaró ayer culpable de homicidio a Aitor Dávila y absolvió a Emilio Cortés de la muerte de un okupa durante las fiestas de Gràcia de Barcelona. La fiscalía y el resto de las acusaciones consideraban que se trataba de un asesinato, pero el jurado entendió que fue un homicidio. De esa manera, se rebaja la horquilla de la pena que le podrá imponer el juez, que oscilará entre 10 y 15 años de prisión.

"Tranquilo, hijo mío, que tú no has hecho nada". Ésas fueron las palabras con que la madre de Aitor Dávila despidió a su hijo al salir del juicio, rumbo a la cárcel Modelo. Minutos antes, cuando todavía se sentaban juntos en el banquillo y el jurado ya había leido el veredicto, Dávila y Cortés se dieron la mano y muchos ánimos. En cuanto se hizo un receso en la sesión, el hasta entonces acusado y ya absuelto abandonó el Palacio de Justicia.

Por unanimidad de los nueve miembros del jurado, el tribunal popular considera que Aitor Dávila clavó un cuchillo desollador en el cuello de Roger Albert la madrugada del 15 de agosto de 2004. La víctima cayó fulmada y falleció el 10 de diciembre de ese año. Sin embargo, el tribunal entiende que no existió alevosía en el crimen, por lo que ha de considerarse que fue un homicidio y no un asesinato.

El jurado llega a esta conclusión al considerar que la noche de los hechos se produjo un enfrentamiento físico entre skins y okupas y que, por tanto, Dávila no actuó de manera sorpresiva e inesperada, sino que la víctima pudo defenderse. El jurado razona que, en ese ambiente, es previsible cualquier acción violenta por parte de uno u otro grupo.

Por un voto

En cuanto al segundo acusado, el jurado considera que Emilio Cortés no fue la persona que le proporcionó el cuchillo a Dávila la noche del crimen y, por tanto, no se le puede considerar cooperador necesario. Un testigo declaró durante el juicio que vió como Cortés le entregaba el cuchilo a Dávila y la mayoría del jurado asumió esa versión, pero no fue suficiente. Fueron seis votos a tres, uno menos del mínimo de siete que requiere la ley para dar un hecho por probado.

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Sin embargo, a la hora de responder a la pregunta clara de si Cortés era culpable o no, el jurado anunció que no votaba ese hecho por no poder probar su culpabilidad. Basándose en ese argumento, la fiscal anunció que recurrirá ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y pedirá la nulidad del juicio. En su opinión, de acuerdo con la ley, si el jurado no votó la culpabilidad de Cortés, el magistrado presidente, José Carlos Iglesias, debería haber devuelto el veredicto al jurado e instruirlo para que votasen esa cuestión.

Otro de los hechos singulares del pronunciamiento del jurado es que, con la misma unanimidad con que se declaró culpable de homicidio a Dávila, el tribunal se mostró a favor del indulto y de que se conceda la remisión condicional de la pena si reúne los requisitos. La fiscalía solicitó que se le condene a 15 años de cárcel, y la defensa, al mínimo de 10.

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