Elecciones en Cataluña
Celebradas las elecciones autonómicas en Cataluña, un dato sobresale y eclipsa a todos los demás: la abstención, una de las más altas en la historia de los comicios autonómicos catalanes. Ni el referéndum ni la última cita electoral han logrado alcanzar altas cuotas de participación: la clase política no consigue movilizar a su electorado, harto seguramente de tanta crispación y desencantado con unos representantes que no convencen al pueblo soberano.
Sería deseable que todos los partidos políticos, además de valorar el aumento o descenso de escaños en sus propias filas, reflexionasen p...
Celebradas las elecciones autonómicas en Cataluña, un dato sobresale y eclipsa a todos los demás: la abstención, una de las más altas en la historia de los comicios autonómicos catalanes. Ni el referéndum ni la última cita electoral han logrado alcanzar altas cuotas de participación: la clase política no consigue movilizar a su electorado, harto seguramente de tanta crispación y desencantado con unos representantes que no convencen al pueblo soberano.
Sería deseable que todos los partidos políticos, además de valorar el aumento o descenso de escaños en sus propias filas, reflexionasen por qué los ciudadanos no acuden a las urnas para manifestar su voluntad y elegir a sus representantes: porque en lo que a la abstención respecta, todos tienen responsabilidades que asumir. Índices tan altos de abstención no sólo perjudican a los políticos, sino, y sobre todo, a los ciudadanos y a la democracia que debe expresarse en las urnas.- Alberto Ríos Mosteiro.
Tras una campaña electoral en Cataluña que ha sufrido desagradables pero puntuales brotes de intolerancia, insuficientemente denunciada por los principales partidos políticos, tengo que celebrar la aparición de un nuevo grupo parlamentario. Que el Partido de la Ciudadanía comience su andadura es una gran noticia para todos los demócratas de España, un elemento que suma pluralidad al espectro político y confío que cordura y responsabilidad al Parlamento catalán.- Juan Vázquez Navarro. Madrid.
Todo el mundo se empeña en contar los resultados de unas elecciones por escaños o por porcentajes sobre votos emitidos. El caso es que en las elecciones catalanas CiU ha pasado de 1.024.425 votos a 928.511, lo cual supone una bajada del 10,4%. El PSC que fue votado por 1.031.454 electores, ahora ha obtenido 789.767 votos, lo que indica un retroceso de un 24,5%, y cálculos similares nos dicen que ERC ha perdido un 24%, el PP ha perdido un 20% y que el único partido que incrementa sus votos, además de la entrada de Ciudadans, es ICV, que gana un 16,7%.
La conclusión es clara: los que más han decepcionado a sus votantes, aparte de ERC, son los dos grandes partidos nacionales, y eso es precisamente lo que debería darles un motivo para la reflexión si realmente lo que les importan son los ciudadanos y no los escaños, o lo que es lo mismo, el poder.