Wodwo
Hay un tipo de cuerpo
más pequeño que la garza
y de forma más sincera
que huele como a almizcle.
No pone por vicio
tampoco se acopla
y en las regiones etéreas,
donde le arden las plumas,
es un rumor muy común
-complexión intransigente-
su clara tendencia al pasto.
Las llamarían plomadas.
Otra bestia sólida,
que cunde en los sueños,
rozada a intervalos
y algo aumentada
provoca los fuegos.
Nunca habita en ruinas
no posee salsa
y sólo Aristóteles
sabe ...
Hay un tipo de cuerpo
más pequeño que la garza
y de forma más sincera
que huele como a almizcle.
No pone por vicio
tampoco se acopla
y en las regiones etéreas,
donde le arden las plumas,
es un rumor muy común
-complexión intransigente-
su clara tendencia al pasto.
Las llamarían plomadas.
Otra bestia sólida,
que cunde en los sueños,
rozada a intervalos
y algo aumentada
provoca los fuegos.
Nunca habita en ruinas
no posee salsa
y sólo Aristóteles
sabe del oficio
de sus orificios.
Son las vacas negras
o ley comejenes.
Quién digiere el hierro,
la silla,
el mucílago?
Sólo se recuerda
el lugar del nido
y la forma enfriada
que olvida en sus viajes.
Amarrado el hombre
al riñón violento
dicen que apacigua
el dolor de aire
y el búfalo intenso.
¡Qué especie exterior!
¡Qué humedad rabiosa!
Equilibrio lábil,
el cerdo infrecuente,
evoca el abismo.
(2006)
Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942) es ornitólogo y licenciado en Filología Hispánica. Sus tres libros de poemas De las condiciones humanas (Trimer, 1964), La hora oval (Ocnos, 1971) y Cónsul (Península, 1987) se recogen, íntegros y acompañados por un bloque de inéditos, en Ciudad propia. Poesía autorizada (Artemisa, 2006). Níquel (Mira, 2005) es su novela autobiográfica.