CiU y el PP reclaman la dimisión de Ferran Julián, concejal de Seguridad

El PSC apoya la actuación del edil sobre la cumbre de la vivienda

El concejal de Seguridad, Ferran Julián, fue ayer el blanco de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona. CiU y el PP reclamaron con insistencia su dimisión. Los socialistas, tanto el portavoz Carles Martí como el alcalde, Jordi Hereu, salieron en su defensa. Los aliados (ERC e ICV) no tuvieron ni una sola palabra a su favor. "No es para que dimita", dijo Imma Mayol, "pero tampoco estuvo bien".

Barcelona celebró ayer un pleno extraordinario para debatir la supresión de la cumbre de ministros de Vivienda de la Unión Europea que debía haberse celebrado en la ciudad hace unos días y que...

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El concejal de Seguridad, Ferran Julián, fue ayer el blanco de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona. CiU y el PP reclamaron con insistencia su dimisión. Los socialistas, tanto el portavoz Carles Martí como el alcalde, Jordi Hereu, salieron en su defensa. Los aliados (ERC e ICV) no tuvieron ni una sola palabra a su favor. "No es para que dimita", dijo Imma Mayol, "pero tampoco estuvo bien".

Barcelona celebró ayer un pleno extraordinario para debatir la supresión de la cumbre de ministros de Vivienda de la Unión Europea que debía haberse celebrado en la ciudad hace unos días y que fue "suprimida por motivos de seguridad", según el Ministerio del Interior. Salvo que la supresión es real, todo lo demás sigue siendo una nebulosa. Por no haber acuerdo, ayer no lo hubo ni sobre si el pleno tenía que haberse celebrado.

La oposición -CiU y el PP- forzó la convocatoria del pleno, un hecho que les reprochó el equipo de gobierno porque antes del inicio de campaña, a petición del PP, se acordó no celebrar el pleno ordinario de finales de octubre para no interferir en la campaña electoral. Pese a ello, CiU y el PP firmaron la petición de un pleno extraordinario. "No se pueden hacer plenos ordinarios, pero sí extraordinarios", les reprochó Jordi Portabella (ERC).

La oposición se cebó en las aparentes contradicciones entre el Gobierno central y el Ayuntamiento. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, han hablado siempre de una decisión tomada por unanimidad de los asistentes a la reunión celebrada el 9 de octubre en la Delegación del Gobierno. El Ayuntamiento siempre ha negado haber apoyado la supresión.

La oposición leyó ayer el acta en la que el delegado del Gobierno, Joan Rangel, afirma: "La recomendación ha quedado clara desde el punto de vista de la seguridad, por parte de todos los grupos policiales de las tres administraciones presentes" (en referencia a Gobierno central, el autónomo y el municipal). La pregunta siguiente es si el silencio al respecto del concejal de Seguridad, Ferran Julián, era cómplice o si el acta está manipulada.

Como nadie opinó que el acta estuviera manipulada, la oposición pidió la dimisión de Julián por no haber discrepado y por asumir la supresión injustificada.

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Porque eso es lo único en lo que hubo acuerdo en los cinco grupos: la supresión de la cumbre fue una mala decisión. A partir de ahí, las cosas entran en el humo. Quizá la posición más crítica la adoptó Imma Mayol (ICV). Primero arremetió contra el "oportunismo" de CiU y el PP, pero luego puso a caldo a la ministra de la Vivienda, que organiza actos en Barcelona, dijo, sin contar con el Gobierno autónomo ni con el Ayuntamiento. Como los plenos están hechos para intervenir y no para escuchar, la oposición no tiró de esta discrepancia entre socialistas y sus aliados ecosocialistas.

Fue un pleno tenso, que mostró la división entre el tripartito municipal y la oposición, con abucheos y cruces de adjetivos como "ladrón" y "cínico" sin que nadie se diera por ofendido.

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