Columna

Hundidos y tocados

La cuadrícula del juego político de los barquitos -a pesar de las urgentes cataplasmas de Rajoy- está a día de hoy, así: Díaz Alperi, alcalde de Alicante y de nuevo candidato, tocado; Hernández Mateo, alcalde de Torrevieja, tocado; José Manuel Medina, alcalde de Orihuela, hundido, por renuncia a revalidar el cargo, lo que ha provocado que los grupos de la oposición en las Cortes, PSPV y EU-l'Entesa, no se fíen y pidan a Camps que lo meta hasta las profundidades del Titánic; Carlos Fabra, virrey, tocado, sobado y de nuevo resucitado, presuntamente por el milagro de ciertas componendas y una ...

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La cuadrícula del juego político de los barquitos -a pesar de las urgentes cataplasmas de Rajoy- está a día de hoy, así: Díaz Alperi, alcalde de Alicante y de nuevo candidato, tocado; Hernández Mateo, alcalde de Torrevieja, tocado; José Manuel Medina, alcalde de Orihuela, hundido, por renuncia a revalidar el cargo, lo que ha provocado que los grupos de la oposición en las Cortes, PSPV y EU-l'Entesa, no se fíen y pidan a Camps que lo meta hasta las profundidades del Titánic; Carlos Fabra, virrey, tocado, sobado y de nuevo resucitado, presuntamente por el milagro de ciertas componendas y una omertá más que siciliana, de hormigonera; Francisco Camps, censurado por la implacable, aunque algo tardía, tijera socialista, si bien la campana de la aritmética parlamentaria lo salvará del vapuleo, cubierto, eso sí, de metafóricas mataduras y cicatrices. Y todo esto, o casi todo, no es un escenario, según el tópico de turno redaccional, sino una realidad certificada por los juzgados y la Fiscalía Anticorrupción. Y de pronto, cuando campistas y zaplanistas están a punto de saltarse a la yugular, llega Mariano Rajoy a Valencia, y ahí sí, ahí representa y escenifica aquello del nudo gordiano. Qué historia: va el presidente del PP, saca su afilado verbo y, zas, de un solo tajo, deja en la cuneta a Macarena Montesinos, aspirante a alcaldesa de Alicante por la tropa del portavoz Zaplana, y recita públicamente que lo que se cuece en Génova se traga en esta colonia comunidad. Es el rancho que imparte Rajoy litúrgicamente: una oblea para Díaz Alperi, la de la cabecera de la lista para las alecciones municipales del próximo mayo; y otra, para José Joaquín Ripoll -artillero zaplanista y ahora patético-, la del segundo puesto en esa misma lista y la presidencia de la Diputación provincial alicantina, que ahora ostenta. Aparentemente, el cisma valenciano entre las facciones conservadoras se ha resuelto. Pero hasta el mismo Rajoy percibe, por las galerías subterráneas, un inconfundible ruido de ladrillos. A Camps le toca apurar el resto de las obleas: una por negociación de cada una de las otras candidaturas. El anterior inquilino del Palau le ha vuelto a meter otra pirula.

Lo cierto es que la ciudad de Alicante ya tiene los tres alcaldables de los tres partidos con presencia en el actual Ayuntamiento: PP, PSPV y EU, aparte de los de otras formaciones, como el Bloc y Vecinos por Alicante. A la socialista Etelvina Andreu aún le falta cubrir un trámite. El próximo día 7, también -faltaría más, en el Cap i Casal-, y en presencia de Rodríguez Zapatero, serán proclamadas las candidaturas del PSPV a las tres capitales provinciales. En lo que respecta a EU, el cabeza de lista es -ya lo dijo este cronista, hace un par de semanas- el coordinador local de la misma, José Antonio Fernández Cabello, Ayer, mediada la tarde, en Asamblea se procedió a la elección de la candidatura, en la que figura el primer lugar. Hagan sus porras. La campaña preelectoral afila sus colmillos.

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