Mercé 2006

Un espectáculo chino abre el festival pirotécnico

A pesar de la amenaza de lluvia, la primera exhibición del Festival Pirotécnico de la Mercè congregó a centenares de personas a la playa de Sant Sebastià, en la Barceloneta, el viernes por la noche. Grupos de amigos y familias, armados con bocadillos, bebidas e incluso mantas, contemplaron el espectáculo de la compañía china Qingcao Jinsheng Fireworks.

Durante media hora, el cielo se llenó de colores, efectos y logradas formas pirotécnicas, que sorprendieron a la mayoría. "Son unos fuegos más bellos, con una estética más trabajada, pero no tan contundentes y ruidosos como los que se hac...

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A pesar de la amenaza de lluvia, la primera exhibición del Festival Pirotécnico de la Mercè congregó a centenares de personas a la playa de Sant Sebastià, en la Barceloneta, el viernes por la noche. Grupos de amigos y familias, armados con bocadillos, bebidas e incluso mantas, contemplaron el espectáculo de la compañía china Qingcao Jinsheng Fireworks.

Durante media hora, el cielo se llenó de colores, efectos y logradas formas pirotécnicas, que sorprendieron a la mayoría. "Son unos fuegos más bellos, con una estética más trabajada, pero no tan contundentes y ruidosos como los que se hacen aquí", comentó Laura, una barcelonesa de 25 años que presenció el espectáculo con dos amigas. Ésa fue la opinión general. Predominó diseño sobre el ruido y lo sutil sobre lo contundente. Jana, una niña de siete años que se acercó a la playa acompañada por sus padres, se quedó encantada. No obstante, echó en falta alguna detonación más estremecedora. "Soy diable y no me dan miedo las explosiones", reconoció orgullosa.

Los aplausos más sentidos llegaron con una tormenta de lágrimas luminosas de varios colores, acompañadas por corazones rojos y símbolos de infinito. Precisamente en este momento, quizá por la emoción y el ángulo de visión vertical, algunos asistentes exclamaron su sorpresa y preocupación al ver un par de aviones que, camino del aeropuerto, cruzaron los estallidos. No fue más que otro efecto óptico.

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