AL VOLANTE | PRUEBA

Liviano y seguro

Aunque la unidad de pruebas correspondía a la versión más cara, el Captiva es un todoterreno muy completo y con una relación muy competitiva entre precio y equipamiento. Tiene una posición de conducción alta, como todos estos coches, con una buena visibilidad y los mandos a mano. Y ofrece un tacto suave que exige poco esfuerzo.

El Captiva estrena el primer motor diésel de Chevrolet, un 2.0 desarrollado por el fabricante italiano VM, con raíl común y turbo variable. Rinde 150 CV y va acoplado a un cambio automático de cinco marchas que incluye un segundo carril en la palanca para acciona...

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Aunque la unidad de pruebas correspondía a la versión más cara, el Captiva es un todoterreno muy completo y con una relación muy competitiva entre precio y equipamiento. Tiene una posición de conducción alta, como todos estos coches, con una buena visibilidad y los mandos a mano. Y ofrece un tacto suave que exige poco esfuerzo.

El primer diésel de Chevrolet

El Captiva estrena el primer motor diésel de Chevrolet, un 2.0 desarrollado por el fabricante italiano VM, con raíl común y turbo variable. Rinde 150 CV y va acoplado a un cambio automático de cinco marchas que incluye un segundo carril en la palanca para accionarlo secuencialmente. Y aparte de tener la palanca muy a mano, es rápido y fácil de manejar.

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Con este conjunto mecánico y un peso más liviano que los todoterrenos de su tamaño, el Captiva ofrece unas prestaciones satisfactorias que permiten circular con agilidad en ciudad y viajar a buen ritmo en carretera. Responde con rapidez al acelerador desde bajo régimen, empuja de forma constante hasta las 4.500 revoluciones y llanea con mucha soltura una vez lanzado. Sólo le falta un poco de nervio al adelantar cuando se va muy cargado, pero tiene brío, es agradable de conducir y, aunque se aprecia el sonido del motor, no resulta demasiado ruidoso. Su mejor virtud es, sin embargo, el consumo: gasta 8 litros en conducción tranquila, cuesta pasar de 10 si se estiran las marchas y sólo llega a 11 en ciudad, unas cifras ajustadas para su tamaño.

Tracción 4x4 electrónica

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El Captiva es un todoterreno ligero sin reductora y no está pensado para superar situaciones complicadas en el campo, pero equipa una tracción 4x4 electrónica e inteligente, que permite hacer recorridos por pistas de tierra y asegura la movilidad ante climatologías adversas (nevadas, barro...).

En conducción normal en asfalto circula en tracción delantera y, cuando el sistema detecta pérdidas de tracción en alguna rueda, transmite potencia al eje trasero sin que el conductor lo note para asegurar la motricidad. Así se reducen los rozamientos en carretera para contener el consumo. El Captiva incluye también el control de descenso de pendientes, un dispositivo que reduce al mínimo los riesgos en bajadas pronunciadas en el campo, pero se echa en falta poder bloquear la tracción 4x4 para superar situaciones comprometidas.

El comportamiento dinámico en asfalto es correcto, con buen aplomo en carreteras amplias y autopista, y una estabilidad menos lograda en zonas viradas: tiene una dirección algo lenta e imprecisa y tiende a deslizar de delante en los virajes más cerrados. Pero es fácil y noble de conducir, no balancea en exceso y presenta unas reacciones predecibles. Además, viene de serie con un buen equipo de seguridad que incluye unos frenos y un ABS apropiados, y el ESP, la mejor garantía siempre.

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