El corte de las líneas 3 y 7 de metro satura el servicio alternativo de autobuses

Las obras en el suburbano dejan sin servicio cada día a medio millón de usuarios

Los usuarios que a diario cogen la línea 7 de metro (Las Musas-Pitis) han tenido que buscarse este mes otras alternativas para desplazarse. La línea está cortada por obras desde el pasado día 9, y no volverá a funcionar hasta finales de mes. Los autobuses que ha puesto el Consorcio Regional de Transportes en sustitución del metro no dan abasto. El consorcio, que en principio habilitó 12 autobuses, tuvo que ampliar la flota ayer con tres más. Además, la línea 3 (Moncloa-Legazpi) lleva todo el verano cortada y no abrirá hasta finales de mes. En total hay medio millón de usuarios afectados.
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Los usuarios que a diario cogen la línea 7 de metro (Las Musas-Pitis) han tenido que buscarse este mes otras alternativas para desplazarse. La línea está cortada por obras desde el pasado día 9, y no volverá a funcionar hasta finales de mes. Los autobuses que ha puesto el Consorcio Regional de Transportes en sustitución del metro no dan abasto. El consorcio, que en principio habilitó 12 autobuses, tuvo que ampliar la flota ayer con tres más. Además, la línea 3 (Moncloa-Legazpi) lleva todo el verano cortada y no abrirá hasta finales de mes. En total hay medio millón de usuarios afectados.

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Por la avenida de Pablo Iglesias (en el distrito de Moncloa-Aravaca) corrían ayer a primera hora de la mañana decenas de personas desesperadas en busca de la parada del servicio de autobús que sustituye al corte total de la línea 7 de metro (color naranja). No hay servicio de metro y los carteles que indican la parada del autobús alternativo son, cuanto menos, confusos. "Servicio especial a 50 metros", anuncia, por fin, un cartel. "¿Pero hacia arriba o hacia abajo?", pregunta con razón José Carlos Nieto, estudiante de Periodismo, mientras corre en dirección contraria a la parada.

La línea 7 de metro (Las Musas-Pitis) -que a diario es utilizada por 270.000 viajeros- está cerrada desde el pasado día 9 por obras para adaptar los andenes y el viario a los nuevos trenes de la serie 9.000, que empezarán a funcionar a finales de mes. La consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, aseguró el pasado 23 de julio que la línea abrirá de nuevo el próximo 25 de septiembre.

A este corte, que afecta en total a 22 estaciones, hay que sumar el que se produce en la línea 3 (Moncloa-Legazpi), que lleva todo el verano -y ya va por tercer año consecutivo- interrumpida también por obras. La Consejería de Transportes tiene previsto abrirla de nuevo a finales de septiembre, pero no hay una fecha concreta para la reapertura. La línea 3 es utilizada a diario por 260.000 personas.

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De momento, con las dos líneas cerradas, medio millón de posibles viajeros han tenido que buscarse la vida para desplazarse por Madrid. Los autobuses no dan abasto: en un vehículo caben como mucho unas 90 personas, mientras que un convoy de metro multiplica por cinco esa cifra. Por ejemplo, el tramo en metro entre la avenida de América y Las Musas en metro se recorre entre 10 y 15 minutos. En autobús el recorrido sobrepasa los 40 minutos.

Cuatro estaciones

Los viajeros de la línea 7 tienen un problema añadido: para el tramo entre las estaciones de Avenida de América y Guzmán el Bueno parece que manda la máxima "búsquese usted la vida". En este tramo no hay servicio de autobuses alternativo. ¿El motivo?: desde Transportes consideran que el tráfico en superficie en la zona es muy denso y que meter autobuses no serviría de mucho. "El eje de Ríos Rosas y José Abascal es muy complicado y hay atascos. Es más rápido que la gente utilice en el tramo entre avenida de América y Guzmán el Bueno la línea 6 de metro", explican desde la Consejería de Transportes.

El problema es que cuatro estaciones del distrito de Chamberí (Gregorio Marañón, Alonso Cano, Canal e Islas Filipinas) se han quedado sin parada de metro de la línea 7 y sin autobús "especial". La peor parte se la llevan los usuarios de Islas Filipinas y Alonso Cano, donde no cruza otra línea de metro que no sea la de color naranja.

"De siete a nueve de la mañana, los autobuses van a tope. No podemos más", reconoce un conductor de autobús en Francos Rodríguez a primera hora de la mañana. El vehículo va abarrotado, la gente se empuja, se aprieta y, sobre todo, se queja al conductor, que se encoge de hombros y repite una y otra vez la frase: "¡Pues llame usted al Consorcio Regional de Transportes!". En el teléfono de reclamaciones de Metro (902 444 403), toman nota de la queja y remiten también al consorcio si la reclamación tiene que ver con el servicio de los autobuses. "Pues sí, nos está llamando muchísima gente protestando, pero nosotros sólo atendemos las quejas que tengan que ver con las obras del metro", cuenta una operadora. Las alternativas para moverse que da esta mujer superan, en todos los tramos propuestos, el triple de lo que se tardaría normalmente.

Un portavoz del Consorcio Regional de Transportes reconoce que el primer día lectivo del corte de la línea 7, el lunes pasado, hubo algunos "desajustes". "Al principio pusimos 12 autobuses para toda la línea y desde hoy hemos ampliado en tres autobuses más".

Los usuarios de la otra línea en obras, la 3 (color amarillo) han tenido todo el verano para acostumbrarse a los cortes. "Al empezar septiembre, se ha notado además el inicio de curso. Esto es insoportable. Luego nos animan a utilizar el transporte público", se quejó Rosa Arenas, vecina de Argüelles.

Desde la Consejería de Transportes piden "comprensión a los usuarios". "Las obras de reforma de estas dos líneas son para mejor y los usuarios lo van a agradecer", justificaron desde Transportes. Se trata del tercer año consecutivo que la Comunidad cierra en verano la línea 3. Transportes está reformando completamente las 11 estaciones de esta línea, que quedará conectada a las macroestaciones de Embajadores y de Moncloa.

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