Entrevista:Joan Clos | Alcalde de Barcelona y próximo ministro de Industria

"Ser ministro es una novedad como castigo"

Joan Clos sustituyó a Pasqual Maragall en la alcaldía de Barcelona en 1997. Ahora abandona el cargo para ser ministro de Industria, sustituyendo a José Montilla. Un cambio que ha sido visto como un "castigo", lo que para él no deja de ser una ironía.

Pregunta. Su nombramiento, ¿es una promoción forzada?

Respuesta. No, no. Se trata de una promoción importantísima. Me hace mucha ilusión. Asumir una responsabilidad estatal me parece muy relevante. Y más en un ministerio estratégico como éste.

P. ¿Le duelen los análisis que dicen que se trataba de desplaza...

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Joan Clos sustituyó a Pasqual Maragall en la alcaldía de Barcelona en 1997. Ahora abandona el cargo para ser ministro de Industria, sustituyendo a José Montilla. Un cambio que ha sido visto como un "castigo", lo que para él no deja de ser una ironía.

Pregunta. Su nombramiento, ¿es una promoción forzada?

Respuesta. No, no. Se trata de una promoción importantísima. Me hace mucha ilusión. Asumir una responsabilidad estatal me parece muy relevante. Y más en un ministerio estratégico como éste.

P. ¿Le duelen los análisis que dicen que se trataba de desplazarlo del Ayuntamiento?

R. Sí. No conozco ningún país en el que a la gente que quieran defenestrar la pongan de ministro. Es una novedad en el catálogo de castigos. Ser ministro es una gran responsabilidad y un gran honor.

P. El PP ha acogido su nombramiento diciendo que 'a ver si un catalán va a poder gobernar para toda España'. ¿Ser catalán lo pone a uno bajo sospecha?

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R. Exacto. Esa obsesión por vigilar todo lo que es catalán me parece excesiva y fuera de lugar.

P. Como alcalde, ¿Qué le hubiera gustado terminar?

R. El área metropolitana. Tenemos que continuar trabajando para hallar una solución. En el contexto de las ciudades mundiales, la realidad metropolitana de Barcelona debe reconocerse para aprovechar nuestras potencialidades de estar en la primera división.

P. De su obra como alcalde, ¿qué no hubiera hecho?

R. No me caracterizo por analizar el pasado. Hemos hecho lo mejor posible todo lo que hemos podido. No veo nada sobre lo que diga: "Esto no lo hubiera hecho".

P. ¿Entonces, por qué no tiene un nivel de aceptación elevado?

R. ¿Quién lo dice?

P. Las encuestas.

R. Nosotros no nos guiamos por encuestas. Cuando tomas decisiones, algunas veces molestas a alguien, afectas intereses; legítimos, pero los afectas. La otra cara de la moneda es que tenemos una ciudad admirada en toda Europa, porque es una ciudad con coraje, que arriesga y que crece en todos los frentes. En prosperidad, de una manera muy clara, en empleo. Y nosotros nos ocupamos, por ideología, de que la prosperidad se distribuya lo mejor posible.

P. Ustedes aprueban la ordenanza cívica tras un clamor por el deterioro de la convivencia.

R. Hay un problema derivado de una ciudad que crece mucho. Hemos pasado de un 2% de inmigración, al 15% en cinco años, y esto es un cambio estructural de la ciudad, y al mismo tiempo un síntoma del cosmopolitismo que ha alcanzado Barcelona.

P. ¿No es la contraria, la percepción desde el resto de España?

R. Son dos cosas distintas. Nuestra población ha crecido mucho en diversidad debido a la inmigración. Otra cosa es el cosmopolitismo cultural, que ha sido muy importante en otras épocas de Barcelona, y que debemos mantener para evitar la tentación del provincianismo. Pero desde el punto de vista de la economía, de la creación de empleo... ahora tenemos una diversidad de orígenes de todo tipo. Somos la comunidad con más inmigración.

P. Pero, ¿para qué una ordenanza que no se hace cumplir?

R. Las cosas se hacen una tras otra. Tras la ordenanza nos falta la justicia de proximidad y cambiar algunas leyes. La gente ve con mucha suspicacia que se otorgue autoridad real a la Administración local. En el tema de la prostitución ya se ha visto: denuncias contra el Ayuntamiento por la confidencialidad de los datos. Estamos en una sociedad políticamente abierta, y no hay suficiente con la ley. No hemos ganado la convicción de los ciudadanos de que es legítimo que el Ayuntamiento actúe con contundencia y eficacia en estos temas.

P. La ciudad, dice usted, ha cambiado y un factor es el turismo. Pero, ¿no es un turismo cutre? Me refiero al que vive en la calle.

R. Es minoritario. Debe evitarse y está prohibido por la ordenanza dormir en la calle. Este año se ha conseguido que menos gente lo haga. Si nosotros dijéramos: "No se duerme en la calle" en serio, no se dormiría en la calle. Pero todavía no hay consenso social para eso.

P. Sobre turismo, ¿qué piensa hacer para dar la vuelta a esta tendencia de que van bajando los ingresos por turista?

R. Una cosa es el descenso de ingresos por turista y otra el total de ingresos derivados del turismo. Creo que el sector turismo sigue con muy buena salud y que hay un cambio de modalidad del turismo. No sé si el Gobierno tiene que hacer algo al respecto. Lo que tiene que hacer es animar al sector a que haga lo más rápido posible y con todo el apoyo que convenga la adecuación a las nuevas condiciones de la demanda.

P. El ministerio no ha consumado la entrega a Iberia de 26.000 metros cuadrados en El Prat.

R. Aún no me he metido en este expediente. Trabajaré para que El Prat sea un gran aeropuerto. Es la infraestructura más importante de Cataluña para el siglo XXI.

P. ¿Con qué prioridades llega al ministerio?

R. Yo quiero hacer de alcalde mientras sea alcalde y haré de ministro a partir del día que sea ministro. Pero de los grandes temas que tenemos en la mesa, probablemente el energético es el más relevante, porque el encarecimiento de la factura energética es muy importante.

P. ¿Es partidario de la energía nuclear?

R. Lo que es necesario es garantizar el suministro energético del país y se debe seguir trabajando en incentivar de nuevas fuentes de energía y del ahorro energético.

P. ¿Cómo valora la gestión de Montilla sobre la OPA de Endesa?

R. Yo creo que se ha hecho la gestión que tenía que hacerse desde el Gobierno, que es respetar por un lado los movimientos empresariales y, al mismo tiempo, defender los intereses estratégicos de España. Me parece que las medidas que propuso la Comisión Nacional de la Energía son adecuadas y ahora se tiene que ver qué dice la Unión Europea...

P. Dice que no le gustan nada.

R. Una cosa es que diga que no le gustan nada y otra cosa, poner negro sobre blanco lo que no les gusta y continuar la discusión. Las discusiones en Bruselas siempre son político-económicas y de intereses estratégicos muchas veces. Por lo tanto, todo esto debe seguirse hasta sus últimas consecuencias.

P. ¿Es partidario de que no entre un grupo extranjero en el marco de una Europa abierta?

R. En la libertad de mercado esto es difícilmente defendible. Lo que hay que defender son las posiciones estratégicas del país y habrá que encontrar un equilibrio entre ambos intereses.

P. ¿Cree que es mejor un gran grupo energético español?

R. Es deseable tener empresas españolas fuertes para competir en el mercado internacional.

P. ¿Cree que se ha tratado injustamente a La Caixa?

R. La Caixa es una empresa española.

P. Una de las cosas que se va sin haber conseguido es el traspaso del aeropuerto...

R. Sí. Eso no lo hemos conseguido ni yo ni el Estatuto de Cataluña ni la Generalitat. Pero hemos ganado la convicción de que realmente es necesario.

P. El traslado de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) a Barcelona coincide con que la única empresa de peso con sede aquí, Auna, ya no existe. ¿Eso le inquieta?

R. No creo que la CMT sea un mecanismo de dinamización del sector localmente. Lo que sé es que la economía de Barcelona está muy activa y es extremadamente dinámica en muchos sectores, con una ocupación por encima del 1.100.000 empleos. Quizás alguno de estos sectores no va tan bien, pero otros sectores están ganando cuota de mercado.

P. España está a la cola de TIC y penetración de banda ancha. Esto también será competencia de su ministerio.

R. Se ha hecho un esfuerzo de inversión que hay que continuar.

P. ¿Cómo?

R. Aquí sí que hay mucho trabajo por hacer y espero que lo podamos hacer rápidamente. Hay un problema cultural, un problema de formación, de difusión, de convicción y de difusión a la Pymes.Joan Clos (Parets del Vallès, 1949) ha sido durante nueve años alcalde de Barcelona. La próxima semana se convertirá en ministro de Industria. Ironiza diciendo que no lo ve como "un castigo", y lamenta que el nombramiento haya sido interpretado como un movimiento de su partido, el PSC, para apartarlo de la alcaldía por el descenso de su popularidad.

Joan Clos, alcalde de Barcelona y futuro ministro de Industria, durante la entrevista.MARCEL·LÍ SÁENZ

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