AL VOLANTE | PRUEBA

Deportividad con confort

El XK es un deportivo que impacta por su elegancia y belleza, y supone un cambio profundo respecto a su antecesor que empieza ya en la fabricación. La gran novedad es la carrocería de aluminio, que rebaja 100 kilos el peso y mejora el comportamiento. Pero todo el coche denota un esfuerzo por ofrecer la máxima calidad y confort en un envoltorio deportivo. Por lo demás, la posición de conducción es baja e incluye regulaciones eléctricas en el volante y los asientos.

El XK8 equipa un motor 4.2 V8 de 300 CV con cambio secuencial de seis marchas, que por primera vez en Jaguar se puede accion...

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El XK es un deportivo que impacta por su elegancia y belleza, y supone un cambio profundo respecto a su antecesor que empieza ya en la fabricación. La gran novedad es la carrocería de aluminio, que rebaja 100 kilos el peso y mejora el comportamiento. Pero todo el coche denota un esfuerzo por ofrecer la máxima calidad y confort en un envoltorio deportivo. Por lo demás, la posición de conducción es baja e incluye regulaciones eléctricas en el volante y los asientos.

Cambio en el volante

Más información

El XK8 equipa un motor 4.2 V8 de 300 CV con cambio secuencial de seis marchas, que por primera vez en Jaguar se puede accionar desde el volante. Esta mecánica, combinada con una carrocería muy ligera, aporta un dinamismo sobresaliente, tanto en prestaciones como en estabilidad y seguridad, y prima el disfrute al volante.

El motor responde con una suavidad impecable desde bajo régimen, sube de vueltas con mucha alegría y se estira sin el menor esfuerzo por encima de las 6.000 vueltas. Pero lo mejor es que hace todo con la máxima naturalidad, sin dar nunca la sensación de ir forzado: enlaza las marchas sin que apenas se noten los cambios y emite un sonido deportivo que entusiasma sin molestar. La calidad de conducción se completa con el cambio, que inserta las marchas en seis décimas de segundo e incluye dos programas, normal y sport (el último estira más las marchas y reduce por sí solo al frenar).

Los consumos no son excesivos para un motor de ocho cilindros: gasta poco más de 10 litros en conducción tranquila, sube a 13 si se apuran más las marchas y sólo pasa de 15 en tráfico urbano.

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Carácter y estabilidad

El equilibrio dinámico es otra virtud del XK, al menos en la unidad de pruebas, que montaba la última evolución de la suspensión inteligente CATS de Jaguar y llantas de 20 pulgadas. Esta suspensión regula automáticamente los reglajes de cada amortiguador según el estilo de conducción y las condiciones de la carretera, y ofrece un buen compromiso entre estabilidad y confort, porque aporta una buena eficacia en curva, pero filtra bien las irregularidades y es cómoda en los viajes.

Con esta base de partida y una dirección precisa y progresiva, el XK presenta una conducción muy gratificante y segura en todos los trazados. Así, a pesar de ser un cupé grande, se mueve bien en zonas viradas, con balanceos comedidos, buen agarre y una respuesta obediente al volante. En su terreno natural, carreteras amplias y autopista, se conduce con dos dedos, transmite aplomo y da seguridad y sensación de dominio al conductor, pero siempre con una suavidad excelente que permite el uso diario sin incomodidades y también afrontar viajes largos con un confort cercano al de las grandes berlinas. Los frenos y el ABS paran con autoridad y viene de serie con ESP.

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