Crítica:

Escribid, malditos, escribid

Lo primero que despista de este libro es la elección del título en castellano, que no hace mucha justicia a su esencia y en parte desvirtúa su sentido original, más próximo al de "embrujados" o "maldecidos". Este conflicto lingüístico vuelve a darse con la traducción de los apodos de los protagonistas (Camarada Sobrada, Agente Chivatillo, Baronesa Congelación, etcétera), que de preservarlos en su lengua nativa se hubiese evitado ese paralelismo caricaturesco que hace que la historia pierda tensión y credibilidad, pilares en una novela de un autor considerado chocante. Tras el 11-S los escritor...

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Lo primero que despista de este libro es la elección del título en castellano, que no hace mucha justicia a su esencia y en parte desvirtúa su sentido original, más próximo al de "embrujados" o "maldecidos". Este conflicto lingüístico vuelve a darse con la traducción de los apodos de los protagonistas (Camarada Sobrada, Agente Chivatillo, Baronesa Congelación, etcétera), que de preservarlos en su lengua nativa se hubiese evitado ese paralelismo caricaturesco que hace que la historia pierda tensión y credibilidad, pilares en una novela de un autor considerado chocante. Tras el 11-S los escritores estadounidenses saben que existe una línea invisible que no pueden traspasar e incluso un transgresor como el Palahniuk de El club de la lucha debe mesurar su afilada pluma aunque, como él mismo apunta, en su estilo narrativo siempre hay "un arma oculta".

FANTASMAS

Chuck Palahniuk

Traducción de Javier Calvo

Mondadori. Barcelona, 2006

442 páginas. 19,50 euros

Diecisiete aspirantes a la fa

ma literaria se dejan encerrar en un teatro abandonado para escribir su obra maestra por un extraño "benefactor" que les anima a conseguir su objetivo diciéndoles, "solamente os estoy obligando a cumplir vuestra palabra... lo que os detiene aquí es lo que detiene vuestra vida entera". Lo que en un principio iba a ser un taller de escritura creativa se convierte en una experiencia de convivencia, similar a las que se han impuesto en la actual programación televisiva, con la salvedad de que aquí está marcada por el enajenamiento y la locura sanguinaria de sus concursantes. El afán de notoriedad de estos personajes socialmente marginados y autodestructivos, les llevará a poner en práctica toda una panoplia de técnicas de supervivencia en la que no faltarán el sabotaje, la mutilación, el asesinato, la antropofagia, para que cuando finalmente sean rescatados el más deteriorado sea quien reciba toda la atención mediática. Un narrador omnisciente nos va rehilando sus escabrosas peripecias con los relatos que escribe cada uno de los participantes, marcando la trama bajo el esprit d'escalier, o espíritu de la escalera, ese recordar qué decir o contestar cuando ya es tarde, de entre los cuales descuella Tripas. Publicado previamente en la revista Playboy, describe inclementemente los excesos de la compulsión onanista, siendo deudor de aquella recopilación de breves ficciones titulada Singular pleasures (placeres singulares), en la que su autor Harry Mathews rendía homenaje a la masturbación.

Novela de transformacio

nes personales y fantasías sexuales, de enredos perversos, de juegos incendiarios, de crítica social emponzoñada, de engendros y galimatías, conducida por una prosa expeditiva, cortante, mordaz, tremendamente efectista, la cual da forma a una feroz sátira negra sobre la inmensa insatisfacción y el vacío existencial de los individuos en culturas ahogadas por la abundancia. La personal voz de Palahniuk y su incandescente capacidad para fabular juegan con los efectos temporales para desplazar las acciones adjetivadas y verbalizar, horrorizar, tejer y destejer sus propias palabras, dando forma a un collage literario donde toda lírica queda desplazada por un delirante cinismo naturalista "a la americana", amalgama esperpéntica de la que disfrutará quien esté liberado de ataduras morales.

El escritor norteamericano Chuck Palahniuk.LISBETH SALAS

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