El Gobierno vasco recuerda que no puede haber lemas ni pancartas amenazantes

Con la manifestación que recorrerá esta tarde las calles de San Sebastián, la consejería vasca de Interior ha seguido un guión muy similar al que empleó en enero pasado en el recinto ferial del Bilbao Exhibition Center (BEC), en Barakaldo (Vizcaya), donde la ilegalizada Batasuna pretendía culminar con un acto político su congreso nacional.

Entonces, aquel acto fue impedido por la nueva suspensión de actividades ordenada por el juez Fernando Grande-Marlaska. Igual que ahora, un grupo de ciudadanos abertzales convocó a los simpatizantes de Batasuna en la explanada del recinto feria...

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Con la manifestación que recorrerá esta tarde las calles de San Sebastián, la consejería vasca de Interior ha seguido un guión muy similar al que empleó en enero pasado en el recinto ferial del Bilbao Exhibition Center (BEC), en Barakaldo (Vizcaya), donde la ilegalizada Batasuna pretendía culminar con un acto político su congreso nacional.

Entonces, aquel acto fue impedido por la nueva suspensión de actividades ordenada por el juez Fernando Grande-Marlaska. Igual que ahora, un grupo de ciudadanos abertzales convocó a los simpatizantes de Batasuna en la explanada del recinto ferial en defensa de los derechos políticos.

La respuesta de la consejería que dirige Javier Balza -militante de un partido, el PNV, que ha rechazado con beligerancia la ley de Partidos en virtud de la cual se ilegalizó Batasuna- fue esperar a que actuara el juez de la Audiencia Nacional. Grande-Marlaska le indicó el camino a la Ertzaintza: "retirada inmediata" de cualquier cartel o símbolo de Batasuna e intervención policial si se producen "actuaciones o se profieren gritos a favor" de ETA.

Como en Barakaldo

La respuesta de los casi 8.000 simpatizantes y del propio Arnaldo Otegi en la explanada de BEC fue de contención absoluta. Los responsables de la ilegalizada Batasuna controlaron el acto político, que se desarrolló siguiendo a pies juntillas las indicaciones del magistrado.

El viernes pasado, una plataforma ciudadana convocó de nuevo la manifestación que había sido desconvocada días antes por su primer impulsor con el mismo lema Euskal Herria tiene la palabra y la decisión. En círculos políticos se reconoce que Batasuna ha logrado estar toda la semana en los medios de comunicación. Como contrapartida, en círculos judiciales se subraya que ahora los cinco dirigentes que hicieron suya la primera convocatoria tienen claras la reglas de juego para poder manifestarse. Y en caso de desbordarlas, conocen de boca del propio Baltasar Garzón que algunos de ellos, sobre los que ya pesan fianzas e imputaciones previas, pueden incurrir en "reiteración delictiva" y acabar por ello en la cárcel.

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Por si había alguna duda, Interior vasco ha recordado a la convocante de la marcha, María Jesús Aguirre, las "limitaciones legales" sobre la manifestación de hoy. No podrán llevar pancartas ni proferir lemas amenazantes, ni podrán "darse conductas de enaltecimiento a organización terrorista", lo que obligaría a suspender la marcha. Además, tampoco "podrán tomar parte mediante anagramas o textos, organizaciones o partidos declarados ilegales". Finalmente, Interior reitera, siguiendo jurisprudencia de los tribunales Supremo y Constitucional, que la manifestación puede suspenderse si se aprecia "ilícitos penales con peligro para las personas y los bienes".

Batasuna evitó ayer cualquier declaración pública, a la espera de la manifestación de hoy.

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