La Generalitat inspeccionará los edificios antes de reanudar las obras de la línea 5

Un documento certificará el estado de viviendas y comercios ante posibles perjuicios

Las obras de ampliación de la línea 5 del metro de Barcelona, donde se produjo el accidente del Carmel que obligó a desalojar a más de 1.200 vecinos, se reanudarán a finales de año. Pero antes de que eso ocurra, la Generalitat lanzará una campaña de inspección en todos los edificios, locales comerciales y aparcamientos que queden dentro de la zona de influencia del nuevo recorrido del suburbano. El objetivo es documentar el estado de las construcciones antes y después de las obras para dar garantías a los vecinos ante posibles perjucios.

En los próximos meses, técnicos de la Generalitat...

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Las obras de ampliación de la línea 5 del metro de Barcelona, donde se produjo el accidente del Carmel que obligó a desalojar a más de 1.200 vecinos, se reanudarán a finales de año. Pero antes de que eso ocurra, la Generalitat lanzará una campaña de inspección en todos los edificios, locales comerciales y aparcamientos que queden dentro de la zona de influencia del nuevo recorrido del suburbano. El objetivo es documentar el estado de las construcciones antes y después de las obras para dar garantías a los vecinos ante posibles perjucios.

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En los próximos meses, técnicos de la Generalitat llamarán a las puertas de decenas de casas de los barrios del Carmel y la Taxonera. Durante la visita, anotarán cualquier detalle que dé pistas sobre el estado de conservación de las viviendas. Se fijarán, sobre todo, en si las paredes y los techos están surcados por grietas. Con esa información en la mano, elaborarán un informe de conclusiones. "El documento será una doble garantía: para el usuario, porque podrá reclamar ante cualquier afectación, y para nosotros, porque sabremos cómo estaba el edificio antes de iniciar las obras", explicó ayer un portavoz del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas, que encabeza el socialista Joaquim Nadal.

Las inspecciones previas al inicio de unas obras no son nuevas en el mundo de las infraestructuras de transporte. Según el mismo portavoz, se vienen haciendo en algunos tramos de la línea 9. Y se harán, aún con más ahínco, a lo largo del recorrido del tren de alta velocidad y de la prolongación de la línea de tren de Terrassa. Pero sí es la primera vez que estas inspecciones se realizan de forma sistemática. El Gobierno catalán pretende curarse en salud y andar con pies de plomo ante la reanudación de las obras de la línea 5. Hace más de año y medio, el hundimiento de un túnel de maniobras obligó a derribar cuatro edificios y a desalojar a 1.276 personas del barrio del Carmel.

A raíz de aquel accidente se extendió el pánico ante las obras subterráneas. De ahí que en el proyecto modificado para la ampliación de la línea 5 -que la Generalitat sacó ayer a licitación por 146,4 millones de euros- se hayan reforzado los elementos de seguridad. En lugar del "método austriaco", utilizado inicialmente para excavar el túnel, se recurrirá al "método austriaco reforzado". Eso implica, por ejemplo, que se inyectará más hormigón y que cada pocos metros se colocarán armaduras de protección. También se han ampliado los estudios geológicos para conocer mejor el subsuelo y evitar sustos. Ésta fue una de las reclamaciones expuestas en la comisión de investigación parlamentaria que se creó para analizar las causas del accidente y el supuesto cobro de comisiones ilegales en obra pública en época de CiU. Lo que se dio en llamar "el 3%".

La ampliación de la línea 5 en el tramo de 2,5 kilómetros entre Horta y Vall d'Hebron prevé la construcción de dos nuevas estaciones: Carmel y Taxonera. Además, se aprovechará para reformar la estación de Vall d'Hebron y para adapatar la de Horta a personas con movilidad reducida. Finalmente, la nueva cola de maniobras -que sustituirá a la que se hundió en el Carmel- se ubicará delante de las cocheras de metro de Sant Genís.

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Según el Departamento de Política Territorial, las obras se reanudarán a finales de año y durarán 30 meses. La ampliación de la línea azul del metro no será una realidad hasta, por lo menos, el primer semestre de 2009. O sea, tres años más tarde de lo previsto en el proyecto original. Además del retraso, la paralización de las obras, unida a a un método de avance y destroce reforzado, ha disparado el prespuesto de esta infraestructura, que ha pasado de 94 a 146 millones de euros.

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