Reportaje:

China crece en la cuerda floja

El bajo consumo y el riesgo de recalentamiento amenazan el espectacular crecimiento del gigante asiático

El fuerte aumento experimentado por el PIB chino en el segundo trimestre (un 11,3%) revela los desequilibrios que sufre la cuarta economía del planeta. El auge de las exportaciones y la robustez de las inversiones en activos fijos continúan alimentando la actividad en China, cuyas autoridades deben navegar entre dos aguas: por un lado, tienen que mantener el ritmo de crecimiento para continuar las reformas y elevar el nivel de vida de la población, mientras, por otro, limitan los riesgos de sobrecalentamiento en algunos sectores. El consumo, sin embargo, no acaba de despegar. Analistas y exper...

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El fuerte aumento experimentado por el PIB chino en el segundo trimestre (un 11,3%) revela los desequilibrios que sufre la cuarta economía del planeta. El auge de las exportaciones y la robustez de las inversiones en activos fijos continúan alimentando la actividad en China, cuyas autoridades deben navegar entre dos aguas: por un lado, tienen que mantener el ritmo de crecimiento para continuar las reformas y elevar el nivel de vida de la población, mientras, por otro, limitan los riesgos de sobrecalentamiento en algunos sectores. El consumo, sin embargo, no acaba de despegar. Analistas y expertos presagian la adopción de medidas más drásticas por parte de Pekín para poner freno al exceso de inversión.

Los analistas coinciden en los desequilibrios de la economía china y avisan sobre su amplio superávit comercial
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La economía ha seguido su avance imparable gracias al aumento de la masa monetaria, los créditos y las inversiones en activos fijos. En el conjunto de 2005, ya creció un 9,9%, hasta alcanzar 18,23 billones de yuanes (1,8 billones de euros), y la tendencia ha continuado a pesar de los esfuerzos del Gobierno para tirar de las riendas desde hace tres años.

Según ha advertido el Banco Mundial, un exceso de construcción de factorías y otros proyectos puede generar sobrecapacidad, disparando a la baja los precios y los beneficios de las empresas, y, en última instancia, aumentando la cartera de créditos impagados de los bancos, ya de por sí abultada. Esto podría desembocar en una brusca ralentización de la actividad, que se dejaría notar en otros países.

Aunque la economía china es mucho menor que la estadounidense o incluso que la japonesa, que asciende a cinco billones de dólares, Pekín tiene intensas relaciones comerciales con muchos países, y en los últimos años se ha convertido en un ávido consumidor de materias primas. Es el mayor devorador del mundo de acero (alrededor del 30% del total) y el segundo de petróleo, después de Estados Unidos.

"Falta calidad en el crecimiento. Demasiada liquidez e inversión han conducido a un exceso de capacidad en muchas industrias", señala en un informe el banco de negocios Lehman Brothers. "Las recientes medidas de control pueden tener algún impacto a corto plazo, pero para hacer frente de forma adecuada a la liquidez, son necesarios un renminbi (o yuan) más fuerte y tipos de interés más altos", afirma.

"El banco central no cierra los ojos a estos altos ritmos de crecimiento económico. Nuevas medidas de control son inminentes", aseguraba la publicación oficial Securities Times pocos días antes de conocerse los datos del segundo trimestre. Pekín subió 0,27 puntos el tipo a un año en abril pasado, y lo situó en 5,85%.

La inversión en activos fijos en los seis primeros meses del año aumentó un 31,3%, mientras el superávit comercial alcanzó un valor récord de 61.400 millones de dólares. Las exportaciones subieron un 25,2%, hasta 428.600 millones de dólares, mientras las importaciones lo hicieron un 21,3%, y se situaron en 367.100 millones.

¿Es sostenible el ritmo de crecimiento chino? La pregunta surge cada vez que se publican las cifras trimestrales. Y las respuestas varían. "Los principales factores del crecimiento son las exportaciones netas y la inversión. Es difícil de sostener", afirma Huang Yiping, economista jefe para Asia de Citigroup. "Dependerá mucho del estado de la economía global, ya que China es exportadora de bienes manufacturados al resto del mundo. Se estima que representa el 35% del total de las importaciones estadounidenses, por lo que la situación de la economía de Estados Unidos es importante para el crecimiento de China", asegura Alvin Chong, director de investigación del grupo financiero Sun Hung Kai (SHK), en Hong Kong.

En lo que sí coinciden los analistas es en la naturaleza desequilibrada de la economía de la potencia asiática. "El amplio superávit comercial es un claro recordatorio de que, hasta ahora, la mezcla de políticas chinas se ha dirigido en la dirección equivocada", asegura un estudio del banco de negocios estadounidense Merrill Lynch. "La lenta demanda doméstica -el primer efecto de las políticas promulgadas en los últimos meses- amplía el superávit, que ha alcanzado niveles incómodos desde el punto de vista económico y político", señala.

Washington acusa a Pekín de tener infravolarada su moneda, lo que favorece a las empresas exportadores del país asiático en detrimento de las estadounidenses. "Sin un ajuste de la tasa de cambio, la economía china está destinada a ser cada vez más desequilibrada", dice Merrill Lynch. Una situación que Pekín quiere cambiar.

Las autoridades se han fijado como prioridad impulsar el consumo privado, para disminuir la dependencia de las exportaciones y la inversión extranjera. Las reservas de divisas extranjeras alcanzaron en junio 941.100 millones de dólares.

Pekín revaluó un 2,1% el renminbi hace un año. La moneda asiática dejó de estar ligada al dólar para pasar a depender de forma controlada de una cesta de monedas. Desde entonces, se ha apreciado otro 1,4%. Los socios comerciales de Pekín consideran, sin embargo, que sigue muy por debajo de su valor.

Según Huang, de Citigroup, la muestra del desequilibrio es que "el consumo es relativamente débil". Chong, de SHK, es más cauto: "La economía china está muy desequilibrada hacia el lado de las inversiones en activos fijos. Pero ocurre normalmente en mercados menos maduros como el chino".

Esta situación obligará al Gobierno de Pekín a dar nuevos pasos, según los expertos. "Es probable que el Gobierno tome medidas para contener los riesgos de inversión y recalentamiento", dice Huang.

Trabajadores chinos montan una estructura metálica.REUTERS

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