122 personas mueren en Siberia al incendiarse un avión tras el aterrizaje

El aparato hizo explosión, se salió de la pista y se estrelló contra unos edificios del aeropuerto

A 122 muertos y 58 heridos ascendía anoche el número de víctimas de la catástrofe ocurrida ayer por la mañana en el aeropuerto de la ciudad siberiana de Irkutsk cuando un Airbus A-310 de la compañía Sibir procedente de Moscú que estaba tomando tierra hizo explosión y se incendió tras salirse de la pista, chocar con un muro y arrasar unos garajes contiguos. Cuando el avión se posó sobre la pista, algunos pasajeros aplaudieron y el piloto comunicó a la torre de control que el aterrizaje se había efectuado. Fue un mensaje prematuro. Inmediatamente después el aparato se precipitó en un fatal recor...

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A 122 muertos y 58 heridos ascendía anoche el número de víctimas de la catástrofe ocurrida ayer por la mañana en el aeropuerto de la ciudad siberiana de Irkutsk cuando un Airbus A-310 de la compañía Sibir procedente de Moscú que estaba tomando tierra hizo explosión y se incendió tras salirse de la pista, chocar con un muro y arrasar unos garajes contiguos. Cuando el avión se posó sobre la pista, algunos pasajeros aplaudieron y el piloto comunicó a la torre de control que el aterrizaje se había efectuado. Fue un mensaje prematuro. Inmediatamente después el aparato se precipitó en un fatal recorrido.

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En el avión siniestrado viajaban 204 personas, incluidos 193 pasajeros y ocho miembros de la tripulación, además de otros tres viajeros que no figuraban en las listas, según manifestó desde Irkutsk el ministro de Transportes, Igor Levitin, que encabeza la comisión gubernamental investigadora. El ministro no quiso pronunciarse sobre las causas del accidente en tanto no se descifre la caja negra del avión, y se negó a confirmar una información anónima, supuestamente de una fuente de la comisión, que se refería a un fallo en el sistema de frenos.

Entre enormes llamas y humareda, algunos pasajeros pudieron salir de la aeronave y salvar sus vidas, aunque dos personas por lo menos fallecieron después en el hospital. Según los datos disponibles anoche los supervivientes eran 70 (58 hospitalizados y otros 12 enviados a sus hogares), que en su mayor parte viajaban en la parte posterior del aparato, la menos afectada por el fuego que se inició en la parte delantera. El avión llevaba el depósito cargado con una tonelada de combustible.

Los supervivientes apenas parecen entender lo que han vivido. La joven Margarita Svetlova contaba que había empezado a "decir tacos" hasta que un hombre la ayudó a salir. Otros alababan la presencia de ánimo de una azafata, Victoria Silverstein, que abrió la salida trasera de emergencia. Entre los acongojados ciudadanos que esperaban noticias de sus familiares en Irkutsk, la televisión mostró al escritor Valentin Rasputin, una de las principales figuras de la llamada "prosa de aldea". La hija de Rasputin, María, viajaba en el avión y no figuraba entre los supervivientes.

Los pilotos rusos consideran el aeropuerto de Irkutsk como un lugar complicado. Está ubicado en una zona elevada, es afectado por las neblinas que se producen sobre el río Angará y la pista, además de tener una ligera pendiente, es algo más corta de lo habitual, según expertos aeronáuticos citados por la cadena de televisión NTV.

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Pendiente en el aeropuerto

El piloto de pruebas Vladímir Biriukov, que formó parte del equipo que concedió la licencia rusa al Airbus A-310, manifestó que el avión había aterrizado de forma que su velocidad se veía afectada por la pendiente del aeropuerto.

El vuelo siniestrado, el Sibir 778, era una de esas conexiones regulares nocturnas que unen la capital rusa con las ciudades de Siberia. El aparato había sido fabricado en 1987 y había pertenecido a la PanAmerican y posteriormente a Aeroflot, antes de pasar a Sibir, una de las compañías regionales surgidas de la desmembración de las líneas nacionales de la Unión Soviética (URSS).

Según los representantes de Sibir, el avión había sido inspeccionado previamente al vuelo, además de haber experimentado su revisión semanal, y le quedaban 80 días para una revisión a fondo, semejante a la que pasó en julio de 2005 en Alemania.

El piloto, que no había sufrido nunca ningún percance, era un profesional experimentado, con cerca de 10.000 horas de vuelo, al igual que el copiloto. Irkutsk está a más de 4.200 kilómetros al este de Moscú, y una parte de los pasajeros eran turistas que se dirigían al lago Baikal. Entre los viajeros había 14 niños y 12 extranjeros, ninguno de ellos español. No se había encontrado rastro de 12 personas, aunque no se descartaba que sus cadáveres o restos fueran hallados durante las tareas de desescombro, que proseguirán hoy, o que tuvieran que ser identificados con medios técnicos, según la agencia Ria-Novosti. Las hipótesis que se manejan hacen referencia tanto a un fallo humano como a posibles fallos técnicos, entre los que se citaron una avería en los frenos, la no activación del mecanismo que invierte el sentido de los motores y una avería en el chasis.

Se da la circunstancia de que la semana pasada el ministro Levitin condecoró en París a los especialistas que ayudaron a investigar el accidente del Airbus A-320 de la compañía armenia Armavia que el pasado mayo se hundió en el mar Negro en las proximidades del aeropuerto ruso de Adler. Son estos mismos especialistas los que ayudarán ahora a averiguar las causas de la catástrofe en Irkutsk. Por decreto del presidente, Vladímir Putin, hoy es jornada de luto en Rusia.

Un grupo de bomberos observa los restos del avión siniestrado.ASSOCIATED PRESS

Un aeropuerto con mala fama

Cualesquiera que sean las causas del accidente del Airbus A-310, algo tendrán que hacer las autoridades de Irkutsk si quieren rehabilitar la imagen de un aeropuerto con una triste fama en Rusia. En la región siberiana se han debatido muchos planes para construir un nuevo aeropuerto, pero éstos no se han realizado hasta ahora, según comentaba ayer la cadena NTV.

Las estadísticas del aeropuerto en los últimos 12 años hablan por sí mismas. En enero de 1994 un accidente durante el despegue de un Túpolev-154 de la compañía Baikal Avia costó la vida a 124 personas. En diciembre de 1997, un Antónov-124 Ruslán, con un caza Sujói a bordo, cayó sobre un edificio de viviendas con un saldo de 70 muertos. En julio de 2001, cerca de Irkutsk se estrelló un Túpolev-154, de la empresa Vladivostok Avia. Murieron 145 personas. En julio de 1999 un avión de transporte Iliushin-76, cayó sin que se registraran víctimas. En abril y mayo de este año se han producido dos aterrizajes de emergencia.

A diferencia de los accidentes mortales relacionados con Irkutsk en el pasado, el del domingo afecta a un avión de construcción occidental. No se trata, sin embargo, del primer Airbus A-310 que sufre una catástrofe en Rusia. En marzo de 1994, una nave de este tipo de la compañía Aeroflot, que se dirigía desde Moscú a Hong Kong, cayó en Siberia con un balance de 70 víctimas. El motivo del accidente fue escalofriante: el piloto llevaba en la cabina a su hijo, un menor, y le dejó jugar con los mandos.

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