Crítica:

La mitad del cielo, la mitad de la historia

Desde hace unas décadas la historiografía europea ha concedido cada vez más importancia a todos los aspectos de la vida cotidiana. Alejadas las visiones reduccionistas, donde los reyes y los prohombres parecían marcar las tendencias de la historia, y puesta en cuarentena una teoría marxista que sólo atendía a las leyes económicas, la visibilidad de nuevos protagonistas -y en primera línea de las mujeres- ha permitido un relato individual y al mismo tiempo coral.

Por ello, Isabel Morant, catedrática de la Universidad de Valencia y directora de la obra, comenta en la presentación que "el ...

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Desde hace unas décadas la historiografía europea ha concedido cada vez más importancia a todos los aspectos de la vida cotidiana. Alejadas las visiones reduccionistas, donde los reyes y los prohombres parecían marcar las tendencias de la historia, y puesta en cuarentena una teoría marxista que sólo atendía a las leyes económicas, la visibilidad de nuevos protagonistas -y en primera línea de las mujeres- ha permitido un relato individual y al mismo tiempo coral.

Por ello, Isabel Morant, catedrática de la Universidad de Valencia y directora de la obra, comenta en la presentación que "el objetivo de esta historia ha sido dar visibilidad y relevancia a las mujeres, a los trabajos y los días, a la vida vivida de ellas". El resultado, en opinión de Morant, "es una historia plural que, sin embargo, no carece de orientación". Puede parecer una paradoja, pero no lo es porque todas las autoras y algún autor han utilizado su sabiduría y sus conocimientos para colocar a las mujeres como sujeto histórico y para romper esa sempiterna y falsa dicotomía de que el espacio público ha pertenecido a los hombres y el privado a las mujeres.

HISTORIA DE LAS MUJERES EN ESPAÑA Y AMÉRICA LATINA (III Y IV)

Isabel Morant (directora)

Cátedra. Madrid, 2006

975 y 981 páginas

25 euros cada uno

Como en cualquier empeño

cultural de estas características, que se plantea con un calendario ambicioso de años de trabajo por delante, la elección de los especialistas que se van a ocupar de cada capítulo aparece como un rasgo fundamental. Y nadie podrá discutir, por citar sólo un periodo histórico como ejemplo, que María Dolores Ramos, Inmaculada Blasco, Rosa María Capel, Mercedes Yusta, Mary Nash y María Teresa Gallego Méndes se encuentran entre las historiadoras que mejor conocen esa decisiva época en la transformación de las españolas durante la II República y de la Guerra Civil. Tal vez en la parte dedicada a América Latina algunas omisiones de mujeres relevantes, como la francesa de origen peruano Flora Tristán, brindan una idea de que era mucho más difícil abarcar la complejidad de un continente que ha avanzado o retrocedido con ritmos distintos a lo largo de los siglos XIX y XX.

Fiel a su declaración de principios para conceder mayor visibilidad a la mitad de la población, esta historia de las mujeres presta más atención a los fenómenos sociales y culturales que a la superestructura política y económica. Junto al carácter globalizador, en este enfoque radica el principal aliciente de esta obra. Porque más allá de los grandes acontecimientos, de las guerras y de las revoluciones, de los gobiernos, las iglesias o los bancos, las mujeres se agazaparon o, mejor dicho, fueron confinadas en un desván.

Es indiscutible, pues, que el

propósito explícito de las responsables de esta obra ha sido rescatar para la luz del día a todas aquellas mujeres que lucharon por el sufragismo, accedieron a las carreras universitarias, pidieron la igualdad laboral, empuñaron fusiles, fundaron sindicatos, reclamaron sus libertades sexuales y reivindicaron, en definitiva, el mismo trato legal que los varones. Por si quedaba alguna duda, las mujeres son la mitad del cielo, como afirman los chinos, y por tanto representan la mitad de la historia.

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