Reportaje:Alemania 2006 | Un debut arrollador

Un solo coche en la Gran Vía

El tráfico, las urgencias hospitalarias y los avisos a la policía descienden en las grandes ciudades durante el partido

Un coche, dos como mucho, circularon por la Gran Vía de Madrid en algunos momentos del partido, según captaron las cámaras municipales de tráfico. "Antes del partido ha habido una hora punta similar a la de los viernes, suponemos que era porque la gente quería salir rápido para ir a ver el fútbol", señalaron fuentes del Centro de Gestión de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Luego, el tráfico desapareció de otras grandes vías como el Paseo de la Castellana o el de Recoletos. Incluso en la M-30, permanentemente atascada, la circulación fue muy fluida. Tampoco fue tarea fácil encontrar un tax...

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Un coche, dos como mucho, circularon por la Gran Vía de Madrid en algunos momentos del partido, según captaron las cámaras municipales de tráfico. "Antes del partido ha habido una hora punta similar a la de los viernes, suponemos que era porque la gente quería salir rápido para ir a ver el fútbol", señalaron fuentes del Centro de Gestión de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Luego, el tráfico desapareció de otras grandes vías como el Paseo de la Castellana o el de Recoletos. Incluso en la M-30, permanentemente atascada, la circulación fue muy fluida. Tampoco fue tarea fácil encontrar un taxi en la capital entre las tres y las cinco de la tarde.

Donde no hubo problemas para ser atendido fue en los servicios de urgencias de los hospitales madrileños. En el Hospital Clínico la afluencia de enfermos en urgencias descendió un 40% respecto a un día cualquiera. "Durante el partido no ha entrado ni una sola ambulancia", afirmaron fuentes del centro hospitalario.

La circulación fue fluida en la M-30. En Valencia, los taxis y autobuses se quedaron sin viajeros
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En el servicio de Emergencias 112, que atiende a toda la región, señalaron que el día había sido "normal". "Se notó mucho más cuando Nadal jugó la final de Roland Garros [el pasado domingo]", explicaron. Durante el descanso del partido se quemaron dos naves industriales en San Martín de la Vega. Los bomberos de la capital salieron en 10 ocasiones durante el encuentro, "lo habitual".

Otro clásico es el descenso del consumo de agua durante el partido, el repunte en el descanso y el descenso de nuevo en la segunda parte. "Pero este día ha sido distinto porque mucha gente ha visto el partido en el bar, no es una situación habitual", señalaron desde el Canal de Isabel II.

La indiferencia, mientras, reinó en Barcelona, según informa Jordi Quixano. Ni las calles se llenaron de color rojo ni los balcones quedaron adornados por las banderas españolas. Sí que se escucharon los gritos en las puertas de los bares o en las ventanas de las casas tras los sucesivos goles de la selección. Pero muy pocos exteriorizaron su alegría. Menos aún la contagiaron por las calles con cánticos, cláxones o fiestas. Se acabó el encuentro y quienes lo vieron enfilaron para casa con satisfacción. Nada más. El centro de la ciudad, Las Ramblas, tomado por los turistas, no tiene acento español. Los barrios acomodados no dieron muestra alguna del holgado resultado. Y los más sureños se concentraron en los bares: cervezas, ánimos y alegría. Pero poco más.

La periferia sí que notó más ambiente: se dejaron notar las familias andaluzas y extremeñas asentadas en la ciudad. Banderines, pequeñas concentraciones y algarabía ruidosa. "No hemos tenido ninguna urgencia", aseguraban dos centros de bomberos de la ciudad. "Al ser el partido en Alemania, aquí no ha repercutido en absoluto", confirmaba el jefe de prensa del concurrido Hospital Sant Pau. Tampoco en Valencia se alteró en exceso el ritmo en los servicios de atención médica urgente, según informa Juan Morenilla. El cuerpo de bomberos contabilizó cuatro salidas durante las dos horas del partido -dos incendios, el corte de la rama de un árbol y una falsa alarma-, una actividad "típica" en cualquier otro día. La Policía Nacional, eso sí, registró un descenso "del 30%" en los avisos de emergencias que suelen recibir.

El tráfico fue el gran beneficiado por la afición futbolera. "En la calle se ha notado mucho", afirmaron en la Policía Local; "el partido ha coincidido con la hora de la comida y a las tres había mucho menos tráfico de lo normal... y menos accidentes. Ni uno solo en dos horas". Los polígonos industriales de la periferia vaciaron una hora antes sus naves. Y los taxis se quedaron sin clientes. "A las 14.30 había muy poca gente. A las 15.00, que es una hora en la que solemos tener faena, no había casi nadie. Ni siquiera nos llamaban por la radio", aseguraba un conductor. "Es que tampoco había taxis. Muchos compañeros se han ido a casa o han aparcado el taxi para ver el fútbol. Coches había pocos, pero faena menos aún", admitía otro taxista.

La Empresa Municipal de Transportes, que regula la circulación de unos 400 autobuses públicos en Valencia, también acusó el descenso de viajeros. "Se ha notado el partido. Los coches iban casi vacíos y la ciudad estaba muy tranquila, como un desierto. Parecía agosto", resumía un inspector de la empresa.

Miles de aficionados siguen la retransmisión de Cuatro en una pantalla gigante instalada en la plaza de Colón, en Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

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