PATÉ DE CAMPAÑA | El futuro de Cataluña

Según lo previsto

Es difícil ir a un acto electoral de los ecosocialistas, ex comunistas para quien no estuviera al caso, y no pensar en La terrazza, aquella espléndida película de Ettore Scola en la que aparece un sensacional Vittorio Gassman en el papel de un viejo dirigente del PCI harto de sus propios discursos, de su mesurada disciplina y de su estricto rigor intelectual, y que sueña que un buen día sube a la tribuna de oradores no para concienciar a las masas trabajadoras, sino para confesar a gritos su amor por una joven militante. Uno acude a las convocatorias de ICV-EUiA esperando que un día el ...

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Es difícil ir a un acto electoral de los ecosocialistas, ex comunistas para quien no estuviera al caso, y no pensar en La terrazza, aquella espléndida película de Ettore Scola en la que aparece un sensacional Vittorio Gassman en el papel de un viejo dirigente del PCI harto de sus propios discursos, de su mesurada disciplina y de su estricto rigor intelectual, y que sueña que un buen día sube a la tribuna de oradores no para concienciar a las masas trabajadoras, sino para confesar a gritos su amor por una joven militante. Uno acude a las convocatorias de ICV-EUiA esperando que un día el guión saltará en mil pedazos y la vida se colará por las costuras menos esperadas. A tenor de lo visto y escuchado ayer, uno puede seguir esperando, con preferencia sentado.

Se trataba de explicar al personal -escaso- reunido en la Pompeu Fabra-estación de Francia las bondades del Estatuto en materia de justicia, desarrollada en el título III. Y hablaron, por este orden, Dolors Clavell, Carlos Jiménez Villarejo, Jordi Miralles y Joan Saura. Naturalmente, la intervención estrella fue la de Jiménez Villarejo, que realizó una disertación universitaria impecable, de jurista experimentado. Vino a decir que en ningún otro campo como en el de la justicia el nuevo Estatuto significa unos avances tan espectaculares. En su opinión, el gran mérito del texto es que convierte a la Administración de justicia en Cataluña en un auténtico poder, con todas las prerrogativas -políticas, simbólicas, coercitivas, etcétera- propias de un poder que merezca tal nombre. Fue una explicación lineal, clara, pedagógica. Tanto que Joan Saura, en su turno de palabra, no pudo por menos que destacar que, de no haber estado previamente convencido de votar en positivo el próximo domingo, la disertación del doctor Jiménez Villarejo le habría impulsado a hacerlo, pues no había descubierto un solo punto de contradicción en su exposición. Lo dicho: lo imprevisto no forma parte del bagaje de esta formación. Será cosa del determinismo histórico, que aún debe colear por alguna parte. Por toda salida de guión, Saura se permitió no dar el titular que su servicio de prensa había distribuido previamente a los periodistas. A saber: "Con el nuevo Estatuto la justicia se acerca más a la ciudadanía de Cataluña". Aunque eso, la verdad, también era muy previsible.

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