Reportaje:

El éxito económico del Barça llega a las aulas

Los alumnos de las escuelas de negocios estudian las claves de la gestión del FC Barcelona bajo la presidencia de Laporta

El Barça llega a las aulas de las escuelas de negocios. Los futuros Máster en Administración de Empresas (MBA, en sus siglas en inglés) de ESADE se enfrentan a un nuevo caso de estudio. Si antes fue el milagro de Zara, o las nuevas líneas de negocio de Microsoft, ahora se trata de demostrar que el fútbol es pura gestión y que va mucho más allá de si la pelota entra o no. En una empresa normal, basta con mirar la cuenta de resultados y el plan de negocio para saber si la compañía es viable o cuál es su potencial. A juzgar por el caso presentado el jueves por el vicepresidente económico del Barç...

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El Barça llega a las aulas de las escuelas de negocios. Los futuros Máster en Administración de Empresas (MBA, en sus siglas en inglés) de ESADE se enfrentan a un nuevo caso de estudio. Si antes fue el milagro de Zara, o las nuevas líneas de negocio de Microsoft, ahora se trata de demostrar que el fútbol es pura gestión y que va mucho más allá de si la pelota entra o no. En una empresa normal, basta con mirar la cuenta de resultados y el plan de negocio para saber si la compañía es viable o cuál es su potencial. A juzgar por el caso presentado el jueves por el vicepresidente económico del Barça, Ferran Soriano, con el fútbol sucede exactamente igual. Si, además, el club gana la Liga y la Copa de Europa, miel sobre hojuelas.

El club ha duplicado sus ingresos hasta los 240 millones de euros en sólo tres años

Soriano presenta el caso Barça como modelo de negocio de éxito desde 2003 -el año de entrada de la junta de Joan Laporta- y lanza al auditorio varias preguntas que son a la vez los grandes retos para el club: cómo gestionar el producto (jugadores y resultados); cómo hacer que sigan creciendo los ingresos para aprovechar la globalización, y cómo afrontar la regulación de la industria y la profesionalización del club. Porque el pasado reciente, a juzgar por los datos, no ofrece dudas: dos ligas y una Copa de Europa en tres años, y un club casi en bancarrota que ha duplicado sus ingresos hasta los 240 millones de euros -a sólo un paso del Real Madrid y del Manchester- y ha conseguido ganar dinero tras invertir 100 millones en jugadores.

El dirigente azulgrana se refiere al fútbol como "industria". En los ochenta, el fútbol era un espectáculo local, basado en la venta de entradas: "Lo más parecido al circo". Ahora es global.

"Un gran club de fútbol se gestiona igual que empresas como Walt Disney o Warner Bross", dice Soriano ante la mirada atenta de los estudiantes y de antiguos alumnos como Pedro Fontana, hombre fuerte del BBVA en Cataluña. Mickey Mouse es una estrella de la televisión, vende juguetes y camisetas y es el epicentro de varios parques temáticos. Ronaldinho hace poco más o menos lo mismo: "Protagoniza películas de 90 minutos. Vende camisetas. Y es el gran protagonista de un extraordinario parque temático: el Camp Nou". Fontana pone un pero: "¿No es el club demasiado dependiente de un solo jugador?". Soriano alaba el equilibrio del equipo y el compromiso de Ronaldinho con el club. Un estudiante escoge un símil futbolero para evaluar la respuesta: "Echa pelotas fuera".

"El tamaño importa", asegura Soriano; el reto es conseguir ser una marca global, a la altura de los grandes clubes: Manchester, Juventus, Milan, Madrid y muy pocos más. Además de la taquilla, los ingresos del club provienen de los contratos de televisión y de la venta de todo tipo de productos con la marca Barça. Los costes: "Los futbolistas son los únicos trabajadores que han conseguido hacerse ricos a costa de empobrecer a sus empresas", dice Soriano, quien subraya que el coste laboral no debe superar el 55% de los ingresos.

Soriano destaca dos peculiaridades del fútbol como negocio. "La industria genera burbujas que han explotado varias veces. Es el único negocio en el que un magnate como Abramovich [el dueño del Chelsea] está dispuesto a perder miles de millones sin pestañear. O en el que un Ayuntamiento puede hacer una recalificación de terrenos que hace rico a un club y provoca una inflación galopante en el mercado". El segundo aspecto es la regulación: "Las selecciones utilizan a nuestros empleados gratis. Se forran. ¡Y no pagan un duro!".

El presidente del Barça, Joan Laporta, tercero por la izquierda, celebra la Liga con parte del equipo.ENRIC FONTCUBERTA

El Madrid, en la diana

Ante un auditorio entregado, no faltaron las comparaciones entre la actual gestión del Barça y la de Florentino Pérez en su eterno rival, el Real Madrid. "De golpe se encontró con una recalificación que le proporcionó 500 millones de euros. Con ese dinero rompió el mercado con fichajes millonarios como Figo y Zidane. Pero el año pasado tuvo pérdidas y este año difícilmente incrementará sus ingresos", aseguró Ferran Soriano, vicepresidente económico del club catalán.

Barça y Madrid son dos modelos de negocio muy diferentes. El Madrid fichó a Beckham, una máquina de hacer dinero, pero Soriano considera que ha efectuado sus inversiones "con un criterio meramente comercial". "La teoría del Madrid es que ganar no es suficiente: es más importante tener a Beckham que ganar o perder, porque eso garantiza ingresos por merchandising. Pero tiene que jugar siempre: Siemens y Adidas pagan para que juegue". El problema, según el directivo, es que si un club pasa años sin ganar nada, "los ingresos se resienten, a pesar de las estrellas". El Barça cerrará este año con beneficios. En junio de 2007 le aguarda otro examen.

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