Crónica:PATÉ DE CAMPAÑA | El futuro de Cataluña

Piedras y muertos

Con el arranque de la campaña estatutaria, desenfundados los sables impregnados de cap i pota, un hecho es ya evidente: a la clase política le pirra emplazar sus soflamas en escenarios cargados de simbolismo y confiar la eficacia del discurso a elementos más intangibles que terrenales. Buen ejemplo de ello lo dio ICV. El dúo Miralles-Herrera, Herrera-Miralles, eligió el Fossar de la Pedrera, sepulcro del presidente Lluís Companys, para levantar las pasiones de sus feligreses ecosocialistas. Lástima que el hit verde y sostenible haya sido mil veces escuchado. En ese marco d...

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Con el arranque de la campaña estatutaria, desenfundados los sables impregnados de cap i pota, un hecho es ya evidente: a la clase política le pirra emplazar sus soflamas en escenarios cargados de simbolismo y confiar la eficacia del discurso a elementos más intangibles que terrenales. Buen ejemplo de ello lo dio ICV. El dúo Miralles-Herrera, Herrera-Miralles, eligió el Fossar de la Pedrera, sepulcro del presidente Lluís Companys, para levantar las pasiones de sus feligreses ecosocialistas. Lástima que el hit verde y sostenible haya sido mil veces escuchado. En ese marco digno de un buen peplum, la misma canción con un nuevo acorde habría podido derretir almas de cemento armado. Y como no podía ser menos que su ex socio, ERC optó por Miravet para dar el banderazo de salida a su Ara toca no, muestra diáfana de que Miravet tiene todos los números para convertirse en un segundo Fossar de les Moreres, un nuevo lugar de peregrinaje al que ir a lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue ante los enfurruñados rostros populares, los cuales, temerosos de los fenómenos centrífugos, se reunieron en el Port Vell para gritar su no rotundo protegidos por el espíritu de las tres carabelas.

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Extraña, sin embargo, que los socialistas y los convergentes no eligieran emplazamientos sagrados o pendientes de sacralizar para dar inicio a su campaña. Pero "al tercer día resucitó" y CiU ya ha dejado su huella en el Fossar de les Moreres, aunque está claro que Artur "el deseoso", a la hora de preferir, se inclina más por emular la gestualidad de los tótemes políticos. Su mímica kennedyana es una evidencia y cualquier día de estos nos soltará la proclama: "No pienses lo que Cataluña puede hacer por ti, piensa lo que tú puedes hacer por Cataluña". Los socialistas, más preocupados por el contenido de su discurso que por la forma, se mantienen de momento al margen de los santuarios.

En fin... si las piedras y los muertos hablaran...

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