Afectados por amianto declaran que la empresa ocultó los informes que revelaban su enfermedad

Un ex operario asegura que supo de su afección pulmonar a los 13 años del diagnóstico

Afectados por asbestosis -enfermedad profesional contraída por inhalación de amianto-, declararon ayer que la empresa Fibrocementos de Levante, donde ocho operarios fallecieron y cerca de medio centenar resultó afectado desde 1992, les ocultó los resultados clínicos. En estos informes médicos ya se advertían los primeros síntomas de la patología. Ante la negativa a facilitar los citados expedientes, la plantilla recurrió a los tribunales. "Estuve trabajando enfermo ocho años", se lamentó ayer en su declaración ante el tribunal el ex trabajador Carlos Esclapés.

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Afectados por asbestosis -enfermedad profesional contraída por inhalación de amianto-, declararon ayer que la empresa Fibrocementos de Levante, donde ocho operarios fallecieron y cerca de medio centenar resultó afectado desde 1992, les ocultó los resultados clínicos. En estos informes médicos ya se advertían los primeros síntomas de la patología. Ante la negativa a facilitar los citados expedientes, la plantilla recurrió a los tribunales. "Estuve trabajando enfermo ocho años", se lamentó ayer en su declaración ante el tribunal el ex trabajador Carlos Esclapés.

"Si en el año 84

[fecha en la que ya los médicos le detectaron los primeros estadios de la patología] me hubiesen avisado, me hubiera ido rápido y ahora no tendría que dormir entubado por la noche". Esto fue parte del testimonio de Carlos Esclapés, ex operario de Fibrocementos de Levante, en Sant Vicent del Raspeig, durante 27 años y uno de los damnificados por el nocivo mineral. Los primeros síntomas de la enfermedad profesional se le detectaron ese año (1984), según el ministerio público; sin embargo, Esclapés no supo de su enfermedad 13 años después de su diagnóstico. Precisamente, este operario se erigió, entonces, en portavoz de la plantilla en la ofensiva de los trabajadores para exigir a la empresa los resultados clínicos tras detectarse los primeros casos de asbestosis.

La ronda de declaraciones a testigos por el caso amianto [proceso a dos facultativos y a dos directivos de la extinta Fibrocementos de Levante, del grupo Uralita, por un delito contra el derecho de los trabajadores] continuó ayer, la quinta sesión de la vista oral. "Sospechábamos que algo ocurría y por eso queríamos tener los expedientes médicos", continuó Carlos Esclapés. Sin embargo, agregó el trabajador, "nos enviaban de un sitio para otro y nunca nos llegaron los resultados", concluyó.

"Le pregunté al médico, si estaba bien y me decía: todo está bien como el año pasado", manifestó José Luis Gomis, otro afectado que trabajó durante 41 años en la factoría foco de la enfermedad. A José Luis se le diagnosticó un engrosamiento pleural -principio de asbestosis- en 1984; pero no fue dado de baja hasta 1991 cuando un TAC le reveló su enfermedad. "Hasta hace un mes, gracias al juicio, desconocía que ese año (1984) ya tenía la enfermedad".

Marcelino Brotons, operario de Fibrocementos durante 29 años y afectado, sufrió una situación similar. En 1991, es remitido a un centro especializado de neumología al destaparse anomalías en sus pulmones, pero no fue hasta dos años más tarde cuando la empresa le tramita la baja por enfermedad laboral. Otro de los afectados, Ramón Lillo, trabajador de Fibrocementos de Levante durante 24 años y afectado, fue otro de los testigos que aseguró que la empresa le ocultó su enfermedad. Según él, dos años antes de concedérsele la baja ya alertó al médico de la empresa que se encontraba fatigado. Pese a ello, el facultativo le decía que "todo estaba bien".

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Los operarios coincidieron en afirmar que eran ellos los que se interesaban por acudir a las revisiones médicas y conocer su estado de salud. Al igual que el resto de los operarios de la extinta factoría que ya testificaron el miércoles, los operarios que comparecieron ayer en la sala coincidieron en afirmar que la empresa nunca les advirtió de los riesgos que entraña el trabajo con amianto ni tampoco les informó sobre los niveles de toxicidad en el ambiente del recinto.

Los operarios que han declarado hasta el momento apuntan a Carmelo Blay y a José Pérez Domené, como los máximos responsables de la empresa en esas fechas; a Alberto Clemente Regidor y Miguel Ángel Sarabia, como los facultativos.

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