La agonía de los cultivos
Aunque genera los contaminantes que la desencadenan, España no sufre la peor parte de la lluvia ácida. Ello se debe a la relativa escasez de precipitaciones y las características del suelo, generalmente muy resistente.
Según Ladislao Martínez, de Ecologistas en Acción, la lluvia ácida ha causado problemas en el norte de Galicia y en el Maestrazgo, cerca de Teruel y Castellón. En las proximidades de ambas zonas hay importantes centrales térmicas de carbón.
La lluvia ácida se define como la precipitación que tiene un ph inferior a 5,6, que es el natural del agua de lluvia. Menor ph...
Aunque genera los contaminantes que la desencadenan, España no sufre la peor parte de la lluvia ácida. Ello se debe a la relativa escasez de precipitaciones y las características del suelo, generalmente muy resistente.
Según Ladislao Martínez, de Ecologistas en Acción, la lluvia ácida ha causado problemas en el norte de Galicia y en el Maestrazgo, cerca de Teruel y Castellón. En las proximidades de ambas zonas hay importantes centrales térmicas de carbón.
La lluvia ácida se define como la precipitación que tiene un ph inferior a 5,6, que es el natural del agua de lluvia. Menor ph equivale a más acidez. La lluvia ácida se produce por reacciones químicas en las que participan el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx) con vapor de agua, para producir ácido sulfúrico y ácido nítrico, respectivamente. Una vez formados, estos ácidos vuelven a la superficie mezclados con agua de lluvia, nieve o granizo.
En suelos poco resistentes (no es el caso de buena parte de España), la lluvia ácida altera el ph del suelo y afecta la flora y los cultivos. También es perjudicial para las especies que viven en ambientes acuáticos. Muchas no soportan el cambio de acidez de ríos y lagos, y mueren.