La política de extranjería

Tres buques y tres aviones para un despliegue disuasorio

Tres buques de la Armada y tres aviones del Ejército del Aire participarán en el dispositivo aeronaval anunciado el lunes por el Gobierno para intentar atajar la última oleada de cayucos llegados a Canarias. Se trata, según fuentes del Ministerio de Defensa, de dos buques de vigilancia oceánica y uno costera y de tres aviones de patrulla marítima. Ahora, según las mismas fuentes, sólo un barco y un avión se dedican a esta tarea.

La Armada cuenta actualmente con siete patrulleros en la base de Las Palmas, tres de altura (el Centinela, de la clase Serviola; y las dos antiguas corb...

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Tres buques de la Armada y tres aviones del Ejército del Aire participarán en el dispositivo aeronaval anunciado el lunes por el Gobierno para intentar atajar la última oleada de cayucos llegados a Canarias. Se trata, según fuentes del Ministerio de Defensa, de dos buques de vigilancia oceánica y uno costera y de tres aviones de patrulla marítima. Ahora, según las mismas fuentes, sólo un barco y un avión se dedican a esta tarea.

La Armada cuenta actualmente con siete patrulleros en la base de Las Palmas, tres de altura (el Centinela, de la clase Serviola; y las dos antiguas corbetas de la clase Descubierta) y cuatro costeros; que está previsto reforzar con otro buque de similares características enviado desde la Península.

Por su parte, el Ejército del Aire se propone destacar en Canarias un avión de patrulla marítima C-212, con base en Son San Joan (Palma de Mallorca), que apoyará a los dos Fokker 27 ya estacionados en la base tinerfeña de Gando. El avión mejor preparado para vigilar el amplio espacio marítimo que separa Canarias de las costas de Senegal es el P-3 Orion, con un alcance de más de 5.000 kilómetros y una autonomía de 14 horas de vuelo, pero este modelo está en fase de modernización y Defensa no se decide aún a llevarlo desde Morón (Sevilla) a Canarias.

Respecto al empleo de satélites, sólo se dispone por ahora de las imágenes suministradas por el Helios II. Pero el uso de este sistema europeo de observación resulta poco adecuado, según los expertos, pues sus imágenes llegan con una antigüedad mínima de 48 horas, siempre que las nubes no le dejen ciego, y España apenas tiene capacidad para decidir hacia donde se orientan sus sensores.

El papel del dispositivo aeronaval, argumentan en Defensa, no es enfrentarse a las pateras, a las que sólo cabe socorrer llegado el caso, sino disuadir a los buques nodriza que acercan a cientos de subsaharianos hasta las aguas españolas y los dejan abandonados a su suerte en pequeñas chalupas. "Siempre", subrayan, "bajo la dependencia y en apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado".

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