Promesas y bailes en el final de la campaña

Subido a un inmenso escenario ante 20.000 personas, el ex presidente peruano Alan García se siente en su salsa. Micrófono en mano, durante media hora pasea su 1,93 metros de estatura de un lado a otro del entarimado. Gesticula, sonríe y señala, ya sea a un lado, a otro, ahora abajo, ahora más lejos. En una campaña marcada por el estilo MTV a la peruana, el candidato del izquierdista Partido Aprista Peruano (Apra) dialoga con el público quien le responde con síes y noes y corea su nombre, como si se tratara del canal de televisión musical para jóvenes. Es el apoteósico fin de campaña en Lima an...

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Subido a un inmenso escenario ante 20.000 personas, el ex presidente peruano Alan García se siente en su salsa. Micrófono en mano, durante media hora pasea su 1,93 metros de estatura de un lado a otro del entarimado. Gesticula, sonríe y señala, ya sea a un lado, a otro, ahora abajo, ahora más lejos. En una campaña marcada por el estilo MTV a la peruana, el candidato del izquierdista Partido Aprista Peruano (Apra) dialoga con el público quien le responde con síes y noes y corea su nombre, como si se tratara del canal de televisión musical para jóvenes. Es el apoteósico fin de campaña en Lima ante las elecciones que se celebrarán mañana en Perú. "Como [el presidente Alejandro] Toledo no trabaja ocho horas no se preocupaba de la jornada de ocho horas y ahora se acuerda de ello ¿Toledo estabas durmiendo?", ataca el líder del Apra ante la ovación de la multitud sumida en una marea de los colores nacionales y la estrella roja aprista.

El entusiasmo se apodera del gentío congregado en el paseo de los Héroes Navales y hasta las palomas colaboran posándose en la cabeza de candidato. García, ataviado con un traje oscuro, camisa blanca y sin corbata, sonríe de oreja a oreja sabiendo que los medios tienen así una buena imagen para su campaña. "Seguro que lo tenía preparado", opina el empleado de una cafetería cuando observa la foto en el periódico. El hombre no piensa votar "ni loco" al ex presidente peruano. Alan García, en un intento de arañar votos, ha multiplicado las promesas electorales, desde la pena de muerte a los violadores de menores hasta el fomento del cruce entre la alpaca y la vicuña para hacer más competitivos los tejidos peruanos.

Apenas a unas cuantas manzanas de allí, la conservadora Lourdes Flores, de Unidad Nacional (AN), también ha convocado a sus fieles para la demostración de fuerza final. Flores ha elegido el Campo de Marte aunque en ese nombre se queda toda la solemnidad de la fiesta. Más reggaeton, más pantallas gigantes y mucho rojo y blanco por todas partes.

Flores a quien sus oponentes tachan como "la candidata de los ricos", también despliega su batería de promesas, entre ellas aumentar los créditos a los pequeños empresarios, fomentar el diálogo social y bajarse el sueldo si llega a ser designada presidenta. También alude a su condición de mujer para ello y, cómo no, termina el mitin en el escenario bailando sobre el público mientras una lluvia de papelillos cae desde lo alto.

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