Alba, la niña maltratada de Montcada i Reixac, sale de la UCI

La pequeña abre los ojos y responde a estímulos externos, y su estado es "menos grave"

Alba, la niña de cinco años de Montcada i Reixac hospitalizada tras recibir malos tratos en el seno de su familia, salió ayer de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital materno-infantil de Vall d'Hebron. Su estado es "menos grave".

El jefe del servicio de la UCI pediátrica de Vall d'Hebron, Jordi Roqueta, explicó ayer que Alba "reacciona ante los estímulos externos; se da cuenta de las cosas y abre los ojos", aunque "otras veces con el mismo estímulo no hay respuesta". "Reacciona cuando se la llama por su nombre", añadió. Eso sí, "recibe las órdenes, pero no puede ejecutarla...

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Alba, la niña de cinco años de Montcada i Reixac hospitalizada tras recibir malos tratos en el seno de su familia, salió ayer de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital materno-infantil de Vall d'Hebron. Su estado es "menos grave".

El jefe del servicio de la UCI pediátrica de Vall d'Hebron, Jordi Roqueta, explicó ayer que Alba "reacciona ante los estímulos externos; se da cuenta de las cosas y abre los ojos", aunque "otras veces con el mismo estímulo no hay respuesta". "Reacciona cuando se la llama por su nombre", añadió. Eso sí, "recibe las órdenes, pero no puede ejecutarlas por su déficit motor".

El doctor Roqueta informó ayer de que Alba "sufrirá secuelas" de tipo motor y neurológicas, que podrían afectarle al habla, la memoria o la movilidad. Pero esto no podrá confirmarse hasta octubre, cuando finalice "la fase de reparación, recuperación y rehabilitación". El objetivo de este proceso, detalló, es "hacer funcionar las neuronas que aún siguen vivas en el cerebro".

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Alba seguirá sin recibir visitas. Únicamente estarán con ella las tres cuidadoras que hasta la fecha la han acompañado, que le dan "afecto y cariño", explicó Mercè Canet, responsable de atención al usuario de Vall d'Hebron. Estas cuidadoras "le hacen compañía, le hablan, la tocan, la acarician", concretó Canet. En definitiva, "la estimulan para que pueda percibir que no está sola en un medio hostil como es un hospital". El objetivo de este acompañamiento, precisó, es que Alba se dé cuenta de que "hay personas que piensan en ella y que la quieren" para que así "vaya desarrollando sentimientos positivos".

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El caso de Alba desató una fuerte polémica ya que, pese a que la niña ya había sufrido malos tratos con anterioridad, ninguna de las administraciones implicadas adoptó medidas hasta que la pequeña ingresó en coma en Vall d'Hebron. La madre de Alba, Ana María C. F., y su compañero sentimental, Francisco Javier P. E., están en prisión, acusados de tentativa de asesinato e intento de asesinato, respectivamente.

Precisamente, ayer el síndic de greuges, Rafael Ribó, se reunió con representantes de diferentes departamentos de la Generalitat; el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Maria Eugènia Alegret. El propósito del encuentro fue proseguir con la revisión de los protocolos que establecen cómo deben coordinarse e intercambiar información las administraciones públicas cuando se detecten casos de malos tratos infantiles. Ribó reconoció que los protocolos vigentes están "obsoletos" y explicó que en junio se presentará un nuevo acuerdo que agilizará el intercambio de datos entre administraciones.

El PSC, ERC e ICV-EUiA rechazaron ayer una moción de CiU y el PP que pedía la dimisión de la consejera de Bienestar y Familia, Anna Simó, por la actuación de su departamento en el caso de la menor Alba.

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