El 'lehendakari' anuncia que deja para después del verano la mesa de partidos

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, anunció ayer en el Parlamento vasco que no va a convocar la mesa de partidos hasta después del verano, pese a sus declaraciones del pasado miércoles. Portavoces del PSE habían criticado al lehendakari por "precipitar los acontecimientos". Ayer, en la sesión parlamentaria, le pidieron que "deje hacer" al presidente del Gobierno central. El Ejecutivo autónomo reaccionó con una nota oficial de su portavoz, Miren Azkarate, que pidió al PSE "lealtad" y reiteró que Ibarretxe seguirá siendo "agente activo" en el diálogo entre los partidos.

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El lehendakari, Juan José Ibarretxe, anunció ayer en el Parlamento vasco que no va a convocar la mesa de partidos hasta después del verano, pese a sus declaraciones del pasado miércoles. Portavoces del PSE habían criticado al lehendakari por "precipitar los acontecimientos". Ayer, en la sesión parlamentaria, le pidieron que "deje hacer" al presidente del Gobierno central. El Ejecutivo autónomo reaccionó con una nota oficial de su portavoz, Miren Azkarate, que pidió al PSE "lealtad" y reiteró que Ibarretxe seguirá siendo "agente activo" en el diálogo entre los partidos.

El papel que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, haya o no de desempeñar en la etapa recién abierta por el alto el fuego de ETA lleva camino de convertirse en un elemento sensible de fricción entre el Gobierno y la oposición, en particular los socialistas.

La sensibilidad está tan a flor de piel que el Gobierno vasco consideró ayer motivo para una nota oficial una frase del coordinador de la ejecutiva del PSE-EE y miembro de la ejecutiva federal del PSOE, Rodolfo Ares, durante una entrevista en la cadena SER. "Nadie debería anteponer intereses partidarios, ni el PP, ni nadie tampoco precipitar acontecimientos como ha hecho el lehendakari", había dicho Ares. "El Gobierno lamenta que el señor Rodolfo Ares acuse al lehendakari de partidismo y de intentar obtener rédito electoral del proceso de paz y normalización política que acaba de iniciarse", rezaba la nota oficial difundida en respuesta por la oficina de la portavoz del Gobierno vasco.

El comunicado de la portavoz pedía también al PSE "que sea leal con las instituciones vascas" y que "vaya a derecho". "El lehendakari", añadía, "será un agente activo (...) para iniciar un diálogo preliminar con los partidos políticos que representan a los ciudadanos". Medios socialistas interpretaron como una muestra de enorme nerviosismo esta reacción del Ejecutivo, muy sensibilizado ante cualquier alusión al papel del lehendakari en la nueva etapa, y en particular en relación con el diálogo entre los partidos que pueda abrirse.

Con más crudeza, la presidenta y portavoz parlamentaria del PP, María San Gil, que busca cada viernes en los plenos de la Cámara su cara a cara con Ibarretxe, le dijo sin paños calientes que "está haciendo el ridículo" e ironizó con "el papelón" que estaría jugando, "fuera de todas las negociaciones" e intentando "sacar la cabeza", con iniciativas como el plan de paz que ha prometido llevar en breve a la Cámara. "Me da usted mucha pena", añadió. En su respuesta a la intervención de San Gil, y como ya hizo el miércoles al valorar el alto el fuego, el lehendakari volvió a sacar a colación la creación de esa mesa con presencia de todas las fuerzas, incluida Batasuna, aunque aún sea ilegal.

Un planteamiento que no comparten los socialistas y menos el PP. Esta vez Ibarretxe precisó que ese foro se constituirá "después del verano". Si su primera alusión ya provocó el rechazo socialista, por precipitación y por vincularla a la valoración del alto el fuego, la reiteración ayer en sede parlamentaria ahondó el malestar.

El portavoz socialista, José Antonio Pastor, en línea con la petición de "dar tiempo al tiempo" efectuada en Bruselas por el propio Zapatero, pidió a Ibarretxe que "se tranquilice", sin apurar plazos ni poner fechas, y "deje hacer a quien tiene que liderar este proceso, el presidente del Gobierno".