Sindicatos y estudiantes franceses convocan nuevos paros contra el plan de empleo juvenil

El primer ministro Villepin defiende su reforma, aunque ofrece modificaciones sustanciales

Los sindicatos y las organizaciones de estudiantes optaron por no llamar a la huelga general -"una palabra de un contenido insurreccional", dijo un líder sindical-, pero convocaron para el 28 de marzo una nueva jornada de movilización en Francia, con paros laborales incluidos, para que el Gobierno de Dominique de Villepin retire el polémico Contrato de Primer Empleo (CPE) que precariza el trabajo de los jóvenes. La nueva jornada de protesta coincide con la visita de Estado de los Reyes de España a Francia, que debe comenzar el lunes 27 y terminar el miércoles 29.

El primer ministro resi...

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Los sindicatos y las organizaciones de estudiantes optaron por no llamar a la huelga general -"una palabra de un contenido insurreccional", dijo un líder sindical-, pero convocaron para el 28 de marzo una nueva jornada de movilización en Francia, con paros laborales incluidos, para que el Gobierno de Dominique de Villepin retire el polémico Contrato de Primer Empleo (CPE) que precariza el trabajo de los jóvenes. La nueva jornada de protesta coincide con la visita de Estado de los Reyes de España a Francia, que debe comenzar el lunes 27 y terminar el miércoles 29.

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El primer ministro resiste. Ofrece introducir "mejoras", como le pide cada vez con más insistencia el presidente Jacques Chirac, y ayer intentó recuperar la iniciativa tras la masiva manifestación del sábado contra su reforma laboral y se multiplicó en todo tipo de reuniones. La apuesta del Gobierno es arriesgada: considera que lo peor ya ha pasado y que puede jugar con los números. La pelota estaría ahora en el tejado de los sindicatos, ya que difícilmente el frente anti-CPE reunirá más gente en la calle que el sábado pasado. Si las cifras de manifestantes van a la baja, podría acabar ganando la partida.

El frente anti-CPE, formado por las principales centrales sindicales y varias organizaciones de universitarios y de estudiantes de secundaria, se reunió ayer por la tarde en la sede de la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC), en París, y evitó lanzarse en la dinámica del ultimátum al Gobierno por medio de una huelga general, como algunos de los líderes sindicales habían apuntado en la euforia del fin de semana. Ayer, los sindicatos estaban obligados a revisar su propia estrategia y preguntarse hasta dónde pueden llegar sin romper el frente común que han conseguido articular -hasta ahora con éxito- contra el Gobierno. Las primeras fisuras aparecieron el domingo. La CGT, principal sindicato de Francia, parecía dispuesta a pasar a una nueva fase que podría desembocar en la huelga general; la CFDT y otras centrales, no.

Por otra parte, el movimiento estudiantil ya ha tomado una dinámica propia. La Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF), que ha llevado buena parte de la iniciativa en los campus, aún se mueve en el mismo registro que los sindicatos, pero nuevos grupos han entrado en acción. El domingo por la tarde se reunieron en Dijon 450 delegados de la Coordinación Nacional de Estudiantes, representando unas 70 universidades y escuelas politécnicas. En una asamblea que duró toda la noche, hasta el alba, y en la que se mezclaron propuestas razonables con utopías del tipo "Vayamos a la Asamblea Nacional y derribemos el Gobierno, como en Ucrania", decidieron finalmente mantenerse firmes en la retirada del CPE y convocar, por su cuenta, varias jornadas de movilizaciones -hoy, el jueves y dos fechas de la próxima semana-, al tiempo que elegían a 16 portavoces, ocho chicos y otras tantas mujeres, para que les representaran ayer por la tarde en la reunión de la intersindical.

Villepin salió ayer del silencio que ha mantenido estos últimos días y se prodigó en reuniones con empresarios y jóvenes seleccionados en el hotel Matignon e incluso apareció por sorpresa en una reunión de líderes estudiantiles que se llevaba a cabo en el Ministerio de Educación. Políticamente, no tiene otra opción que mantener el CPE. Retirarlo supondría el fin de sus aspiraciones y probablemente su salida del Gobierno. Le quedan las grandes rebajas. Así, el CPE, que tal y como fue aprobado por medio de decreto-ley permite el despido sin justificar de los menores de 26 años durante los dos primeros años de trabajo, podría sufrir "mejoras". Los empresarios que accedieron a Matignon apuntaron que el periodo de prueba se reduciría a 12 meses y que los patrones tendrían siempre que justificar los despidos.

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Chirac, por su parte, volvió a mostrar su apoyo al primer ministro e hizo un llamamiento a la "responsabilidad" de los sindicatos y a los representantes de las organizaciones de estudiantes para que se abra un "diálogo constructivo" destinado a "mejorar" el texto legal.

El sindicalista herido en un choque con la policía, el sábado en París.ASSOCIATED PRESS

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