El presidente de la oposición que incluyó un insulto a Zapatero no ve motivos para dimitir

Juan Rodríguez Marín admite que no se leyó el examen ni estuvo presente en la prueba

El senador del PP y delegado de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Alicante, Juan Rodríguez Marín, compareció ayer públicamente como responsable del tribunal que incluyó un insulto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "Zapatero bobo, eta no pacta", en las respuestas de una de las preguntas en una oposición municipal. Rodríguez Marín aseguró que no hay motivos para dimitir y sí para pedir excusas a Zapatero y al PSOE, porque el autor de la respuesta ofensiva no es él, sino el secretario del tribunal, el letrado Rafael Ramos.

Rodríguez Marín dejó que el fin de seman...

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El senador del PP y delegado de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Alicante, Juan Rodríguez Marín, compareció ayer públicamente como responsable del tribunal que incluyó un insulto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "Zapatero bobo, eta no pacta", en las respuestas de una de las preguntas en una oposición municipal. Rodríguez Marín aseguró que no hay motivos para dimitir y sí para pedir excusas a Zapatero y al PSOE, porque el autor de la respuesta ofensiva no es él, sino el secretario del tribunal, el letrado Rafael Ramos.

Rodríguez Marín dejó que el fin de semana se enfriara el caso del insulto a Zapatero en la oposición de la que él es máximo responsable para explicar su visión de los hechos. A tenor de las explicaciones que ofreció ayer, no se siente responsable ni por acción ni por omisión del insulto. Aseguró que no confeccionó el examen ni lo corrigió y que ni si quiera estuvo presente durante la prueba, porque se marchó a su despacho en cuanto se realizó el sorteo del examen.

El senador cobra un plus del Ayuntamiento por cada tribunal que preside, aunque ayer dejó claro que su trabajo es sólo teórico. No aprecia motivo alguno para dimitir. Basta, dijo, con pedir excusas y abrir el expediente de averiguación de hechos.

Rodríguez Marín mostró un escrito de tres folios en los que el secretario del tribunal, el letrado del Ayuntamiento Rafael Ramos, asume su responsabilidad desde el punto de vista de la "falta de diligencia in vigilando". El resto del tribunal, su presidente y el Ayuntamiento "son sujetos pasivos de un fatal error completamente involuntario", dice el abogado, quien, en un episodio de su escrito admite que se percató del insulto mientras se estaba realizando el examen. "En ese momento estimé procedente no decir nada, pues entendí que tal digresión era una tontería, que carecía de trascendencia si quedase en el foro en el que debía estar".

Ramos asegura que la trascendencia al asunto la dan los opositores suspendidos, que "con el ánimo claro de zaherir y doblegar la voluntad del órgano colegiado de selección, aventan lo que no es más que un error, con mayor o menor gusto, pero a fin de cuantas involuntario". Incluso aconseja a los opositores que impugnaron la pregunta, por considerar la respuesta impropia de una oposición, que sigan el pensamiento de François de Fenelón: "No basta con tener razón; mantenerla de una manera brusca y altanera, es echarla a perder".

Del relato de Ramos sobre la confección de la prueba se desprende una gran improvisación y "prisas". Incluso horas antes de la prueba, un miembro del tribunal por la Junta de Personal del Ayuntamiento, que había propuesto la mayor parte de las preguntas, comunicó a Ramos que muchas de las preguntas eran incorrectas. Según éste, el sindicalista introdujo nuevas preguntas y el resto, incluida la pregunta polémica, las fue "sacando de una batería de preguntas" que tiene en sus archivos, "preguntas que han sido realizadas por compañeros y amigos de otros tribunales". La respuesta "Zapateroboboetanopacta me la remitió seguramente algún compañero algún compañero con ánimo de gastarme una broma".

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A través de los medios de comunicación, Rodríguez Marín transmitió sus disculpas al PSOE y al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por este hecho de "mal gusto", y apuntó que si debe dirigirse personalmente al jefe del Ejecutivo, no se le caerán los anillos.

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