Un alumno denuncia por acoso a otro que empezó a pegarle hace 11 años

El agresor reprodujo sus hostilidades al coincidir de nuevo ambos en bachillerato

Un largo acoso. Un alumno del colegio Gredos San Diego, de Madrid, no ha podido aguantar más y ha llevado a los tribunales a un compañero de clase que, según detalla, le ha hecho la vida imposible durante todos los cursos de primaria y secundaria que compartió con él. Desde que coincidieron con seis años en primaria, su agresor ejerció sobre él una situación de miedo, incluso con agresiones. Y lo peor es que, cuando creía haberse librado de él, el azar volvió a unirlos el año pasado en el mismo centro y aula. Y las agresiones y los insultos se reprodujeron. Ambos alumnos tienen ahora 17 años, ...

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Un largo acoso. Un alumno del colegio Gredos San Diego, de Madrid, no ha podido aguantar más y ha llevado a los tribunales a un compañero de clase que, según detalla, le ha hecho la vida imposible durante todos los cursos de primaria y secundaria que compartió con él. Desde que coincidieron con seis años en primaria, su agresor ejerció sobre él una situación de miedo, incluso con agresiones. Y lo peor es que, cuando creía haberse librado de él, el azar volvió a unirlos el año pasado en el mismo centro y aula. Y las agresiones y los insultos se reprodujeron. Ambos alumnos tienen ahora 17 años, menores de edad; de ahí que se omitan sus nombres.

El cautiverio de este menor comenzó con sólo seis años, en el citado colegio, situado en la avenida de Palomeras Bajas, en Madrid. Durante todos los cursos de primaria y secundaria, los insultos y agresiones se repitieron. Para evitarle en lo posible y no darle ninguna excusa que supusiera una nueva agresión, la víctima nunca llegó a denunciarle. Sólo le pedía que le olvidara.

Ya en secundaria, sus padres fueron varias veces al centro y expusieron el constante acoso y agresiones que sentía su hijo. El padre optó entonces por apartarle del otro alumno cambiándole de centro. No quería que su hijo siguiera siendo el pimpampum del otro chaval. El problema se reprodujo el año pasado, cuando la víctima inició los estudios de bachillerato. El infortunio unió de nuevo a ambos en la misma aula. Y volvieron los insultos y agresiones unilaterales. La víctima no quiso tensar la situación y tampoco denunció, aunque precisó cuidados sanitarios. El centro escolar decidió entonces expulsar al agresor. Pero éste no se detuvo ahí.

El pasado 13 de diciembre, el agresor se coló en el centro, a escondidas de los guardias de seguridad, y llegó hasta el aula en la que estaba su víctima. Le culpó de su expulsión y trató de agredirle, pero los compañeros de clase se interpusieron. No obstante, le lanzó libretas y otros objetos desde lejos. Aún hoy, las amenazas siguen. Ahora, el agresor se ha enterado de la cuenta de MSM de Internet de su víctima ("al parecer se la ha facilitado algún compañero", deduce la víctima) y le amenaza por ser el causante de su expulsión.

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