Reportaje:

Los primeros mapas del mundo

Una exposición del Parque de las Ciencias de Granada recuerda los inicios de la cartografía con documentos de los siglos XVI y XVII

Hoy no es del todo raro subir a un taxi en una capital andaluza y que el vehículo lleve integrado un sistema de navegación por satélite, el famoso GPS. El invento sirve de guía al conductor y, sobre todo, le da la seguridad de que, en caso de sufrir un accidente o un atraco, la policía podrá localizarle con precisión milimétrica. La revolución social que hace unos años supuso la democratización del uso de este sistema no se entendería sin otra revolución iniciada cuatro siglos antes: el desarrollo de la cartografía científica, de la que surgieron los primeros mapas del mundo y ediciones de atl...

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Hoy no es del todo raro subir a un taxi en una capital andaluza y que el vehículo lleve integrado un sistema de navegación por satélite, el famoso GPS. El invento sirve de guía al conductor y, sobre todo, le da la seguridad de que, en caso de sufrir un accidente o un atraco, la policía podrá localizarle con precisión milimétrica. La revolución social que hace unos años supuso la democratización del uso de este sistema no se entendería sin otra revolución iniciada cuatro siglos antes: el desarrollo de la cartografía científica, de la que surgieron los primeros mapas del mundo y ediciones de atlas que aún son una referencia.

El Parque de las Ciencias de Granada ofrece hasta el 31 de mayo un viaje por esos primeros dibujos científicos a través de libros y reproducciones de mapas pertenecientes a los fondos de la biblioteca de la Universidad de Granada. La muestra La imagen del mundo, proyectada por Eugenio Cifuentes y Jaime Fermín López, propone un paseo por los inicios de la cartografía y cómo, de las ilustraciones más imaginativas que reales de la antigüedad clásica, la técnica evoluciona hasta convertirse en una ciencia imprescindible para conocer el mundo.

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"En el siglo XVI los mapas no contenían sólo información científica, sino que eran documentos casi periodísticos, aportan una información muy precisa de cómo era entonces el mundo", cuenta Jaime Fermín López. Frente a los mapas abstractos con los que hoy estamos familiarizados, las primeras imágenes científicas de Europa, América, Asia y África incluyen ilustraciones sobre cómo vivían, vestían o trabajaban los habitantes de la época. Los libros expuestos, la mayoría de ellos verdaderas joyas del patrimonio de la Universidad, exhiben algunas de estas ilustraciones en color en las que se funden el arte y la ciencia. "Ya ha pasado la Edad Media, donde los mapas estaban llenos de monstruos. Ahora se representan con precisión ciudades enteras, las casas, la flora, la fauna", explica López.

La exposición se divide en cuatro ámbitos que siguen un recorrido cronológico. El primero parte de los mapas astronómicos de la antigüedad y el medievo, que aún no pueden llamarse científicos, pero que sí cuentan ya con algunos elementos que luego van a ser claves, como la representación esférica de la tierra o el uso de las matemáticas y la geometría para hacer los mapas. El recorrido continúa hacia la elaboración de los primeros planos, aún imprecisos pero ya con una importante base científica y que son parte de la revolución social, cultural y económica de los siglos XVI y XVII.

Esa misma revolución general fue decisiva para el desarrollo de las técnicas de representación cartográfica, que darán sus frutos en los primeros atlas concebidos tal y como hoy los conocemos: una recopilación de mapas que, en su momento, permitieron definir los contornos de Europa y la ubicación de sus ciudades. "La cartografía no sólo sirvió para dar a conocer la imagen de Europa como continente, sino como cultura", explican los autores de la muestra.

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