EE UU resucita el bono a 30 años para hacer frente al elevado déficit

Estados Unidos resucitó ayer el bono a 30 años, un título de referencia en todo el mundo cuya emisión interrumpió en los tiempos de vacas gordas de 2001, cuando el país disfrutaba de un superávit fiscal. La reaparición del título, llamado bono largo en el argot de los operadores bursátiles de EE UU, es un signo del cambio de color, de negro a rojo, de las cuentas públicas.

La emisión de ayer, la mayor de un bono a 30 años desde su creación en 1977, le fue bien. Vendió títulos por 14.000 millones de dólares a una rentabilidad del 4,53%. Los resultados muestran que los operadores d...

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Estados Unidos resucitó ayer el bono a 30 años, un título de referencia en todo el mundo cuya emisión interrumpió en los tiempos de vacas gordas de 2001, cuando el país disfrutaba de un superávit fiscal. La reaparición del título, llamado bono largo en el argot de los operadores bursátiles de EE UU, es un signo del cambio de color, de negro a rojo, de las cuentas públicas.

La emisión de ayer, la mayor de un bono a 30 años desde su creación en 1977, le fue bien. Vendió títulos por 14.000 millones de dólares a una rentabilidad del 4,53%. Los resultados muestran que los operadores del mercado estaban dispuestos a pagar más debido a la escasez de este bono, que es considerado un activo seguro útil para equilibrar carteras financieras con posiciones más arriesgadas.

El 31 de octubre de 2001, el entonces subsecretario del Tesoro, Peter Fischer, anunció la retirada de los bonos a 30 años con el argumento de que el país no lo necesitaría "para atender a las necesidades financieras en años venideros". El Gobierno tenía desde 1997 un superávit fiscal, había comenzado a pagar parte de su deuda por primera vez desde 1930 y preveía que no debería nada a nadie en 2013 si continuaba por ese camino.

Pero 2001, el año en que George W. Bush reemplazó a Bill Clinton en la Casa Blanca, fue el último con balance positivo. En el año fiscal actual, que termina el 30 de septiembre, el déficit presupuestario superará los 400.000 millones de dólares.

Los déficit sucesivos alimentan una deuda pública que esta semana rebasó los 8,2 billones de dólares. Con ese número en mente, el Tesoro ha dado una segunda vida al bono largo con el deseo de garantizarse un endeudamiento barato a largo plazo.

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