EL FUTURO DEL ESTADO AUTONÓMICO

CiU recupera posiciones en Madrid

Cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acordó con el líder de CiU, Artur Mas, el borrador del Estatuto para Cataluña y lo presentó como el trabajo conjunto del PSOE y de CiU, el impacto en el resto de las fuerzas políticas fue imponente. De nuevo, CiU, tras dos años de cierto ostracismo en la política nacional, emergía como una fuerza imprescindible en Madrid.

Los socialistas apostaron por atraer a CiU al pacto sobre el Estatuto de Cataluña a sabiendas del enojo seguro de ERC. Enojo y consternación fue lo que envolvió a ERC, que, sin embargo, se aviene a discu...

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Cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acordó con el líder de CiU, Artur Mas, el borrador del Estatuto para Cataluña y lo presentó como el trabajo conjunto del PSOE y de CiU, el impacto en el resto de las fuerzas políticas fue imponente. De nuevo, CiU, tras dos años de cierto ostracismo en la política nacional, emergía como una fuerza imprescindible en Madrid.

Los socialistas apostaron por atraer a CiU al pacto sobre el Estatuto de Cataluña a sabiendas del enojo seguro de ERC. Enojo y consternación fue lo que envolvió a ERC, que, sin embargo, se aviene a discutir en la tramitación parlamentaria todo con lo que no está de acuerdo. Ahora, el maximalismo está en ERC, cuando hasta hace pocas semanas se situaba en CiU. Pero Zapatero, y con él todo el PSOE, decidió que el Estatuto de Cataluña no podía aprobarse sin CiU, a riesgo incluso de que pudiera romperse el Gobierno tripartito catalán.

La recuperación del protagonismo de CiU también desató un terremoto en el PP. La imagen de un Zapatero sujeto al Pacto del Tinell y condescendiente con las exigencias de ERC no sólo podía suponer, según las encuestas, una potencial sangría de votos para los socialistas, sino que apuntalaba la crítica del PP a un Gobierno socialista "radical y entregado a quienes quieren que España deje de ser España". Pero CiU fue socio del PP en la primera legislatura de José María Aznar tras la firma del Pacto del Majestic. También lo fue del último Gobierno de Felipe González. Y en ambos casos, CiU quedó como un elemento de moderación de socialistas y populares, si bien con el añadido de que siempre buscaba favorecer los intereses de Cataluña como precio a su apoyo político.

La posibilidad de que CiU se convierta en el socio preferente del Gobierno da también al traste con un sueño que acarició Josep Piqué: la ruptura de esa coalición y alguna suerte de integración de Unió con el PP catalán.

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