El grupo irunés Rhune endurece su sonido en un nuevo disco de rock celta
Tres años después de debutar con el sello donostiarra Oihuka, el grupo irunés Rhune ha publicado su segunda entrega, Frente al espejo, con el catalán Music Bus. La actual discográfica de Burning y La Frontera ha puesto en circulación un nuevo disco lleno de rock celta en castellano que le valdrá a sus autores más comparaciones con colegas como Celtas Cortos, aunque sus referencias se abren a ritmos como el ska, la rumba o las rancheras.
"Pienso que una definición buena del grupo es folk and roll. El primer disco nos quedó muy pop; se quedó a medio camino, con un hal...
Tres años después de debutar con el sello donostiarra Oihuka, el grupo irunés Rhune ha publicado su segunda entrega, Frente al espejo, con el catalán Music Bus. La actual discográfica de Burning y La Frontera ha puesto en circulación un nuevo disco lleno de rock celta en castellano que le valdrá a sus autores más comparaciones con colegas como Celtas Cortos, aunque sus referencias se abren a ritmos como el ska, la rumba o las rancheras.
"Pienso que una definición buena del grupo es folk and roll. El primer disco nos quedó muy pop; se quedó a medio camino, con un halo Oskorri que no se correspondía con el directo. En éste hemos buscado intencionadamente un sonido duro y el mestizaje a lo bestia", señala el cantante y compositor Javi Álvarez.
El disco incluye 13 temas propios y una adaptación de The great song of indifference, de Bob Geldof. En el estudio contaron con la colaboración de la cantautora donostiarra Ana Pozas, El Drogas (Barricada), Kutxi Romero (Marea) y Javier Andreu (La Frontera).
Álvarez es el responsable de unos textos cavilados en torno a cuestiones ecologistas, quejas, corruptelas e injusticias varias. Asegura que al escribirlos le gusta "documentarse" y opina que "la gente debería ser más revolucionaria o estar más atenta a lo que pasa en la vida diaria".
Otra novedad adscrita al mestizaje es el estreno de Gualitxo, editado por el sello navarro Lâbatelkueyo Records. El debut del conjunto pamplonés se abre con ecos balcánicos y prosigue con aproximaciones al jazz funk, el reggae, el ska punk, la murga y la cumbia, textos rapeados, guiños al tango, regusto raggamuffin' y espíritu pachanguero.