OPINIÓN DEL LECTOR

La actuación del Juzgado de Vera

En unos apartamentos de Mojácar vive un amigo mío que ha tenido que interponer varias denuncias contra un vecino que vive en esos mismos apartamentos, pero en condición de okupa. Este vecino ha amenazado en varias ocasiones a mi amigo, utilizando incluso botellas de cristal para darle más credibilidad a esas amenazas. Ambos son africanos. El segundo es marroquí, mientras que mi amigo es de origen ugandés. Sin embargo, el Juzgado de Vera, a pesar de que ya han pasado varias semanas desde la primera denuncia, no ha hecho absolutamente nada por aclarar los hechos o proteger a la víctima. E...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En unos apartamentos de Mojácar vive un amigo mío que ha tenido que interponer varias denuncias contra un vecino que vive en esos mismos apartamentos, pero en condición de okupa. Este vecino ha amenazado en varias ocasiones a mi amigo, utilizando incluso botellas de cristal para darle más credibilidad a esas amenazas. Ambos son africanos. El segundo es marroquí, mientras que mi amigo es de origen ugandés. Sin embargo, el Juzgado de Vera, a pesar de que ya han pasado varias semanas desde la primera denuncia, no ha hecho absolutamente nada por aclarar los hechos o proteger a la víctima. El marroquí también está denunciado por los propietarios del apartamento cuya cerradura forzó antes de instalarse en la casa como si eso fuera lo más natural del mundo, rompiendo de paso la ventana de otro apartamento para colar un cable y consumir electricidad ajena a destajo, y tampoco en este caso el Juzgado ha movido un sólo papel para aclarar los hechos, aunque hayan pasado más de dos meses desde que conoce la situación. El Juzgado de Vera, no obstante, ha demostrado en otras ocasiones una diligencia que para sí quisieran muchos demandantes de justicia que ven cómo sus pleitos se retrasan sine die. Sin ir más lejos, hace justamente un año, una señora que resultó ser agente judicial tropezó con la carpeta que en esos momentos llevaba quien suscribe y lo denunció por atentado contra la autoridad. El casual incidente ocurrió en los pasillos de esos mismos juzgados. Tan sólo dos días después de aquello se celebró un juicio rápido en el que trataban de condenarme a dos años de cárcel. Por tanto, resulta legítimo preguntarse si la Administración de justicia sólo es rápida cuando es uno de sus propios funcionarios quien se ve implicado en un acontecimiento susceptible de litigio, o si únicamente se muestra relajada en los sucesos referidos porque los protagonistas de los mismos provienen del otro lado del Estrecho. Sinceramente, no tengo una respuesta válida para estas preguntas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En