Reportaje:

Menos ventajas para los planes de pensiones

La reforma del IRPF aprobada por el Gobierno limita las facilidades fiscales a estos productos

El Gobierno acaba de presentar su Anteproyecto de Ley de reforma del IRPF, que comenzará a aplicarse a partir del ejercicio 2007. Las ventajas fiscales de los planes de pensiones se limitan en lo que a volumen de aportaciones anuales se refiere y en lo relativo a sus fórmulas de cobro llegada la jubilación. Las entidades tendrán ahora que ofrecer planes de pensiones más personalizados, más baratos y, sobre todo, más rentables.

Muchas y muy significativas son las novedades que se incluyen en el Anteproyecto de Ley de reforma del IRPF, en materia de planes de pensiones.

- Se estab...

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El Gobierno acaba de presentar su Anteproyecto de Ley de reforma del IRPF, que comenzará a aplicarse a partir del ejercicio 2007. Las ventajas fiscales de los planes de pensiones se limitan en lo que a volumen de aportaciones anuales se refiere y en lo relativo a sus fórmulas de cobro llegada la jubilación. Las entidades tendrán ahora que ofrecer planes de pensiones más personalizados, más baratos y, sobre todo, más rentables.

Muchas y muy significativas son las novedades que se incluyen en el Anteproyecto de Ley de reforma del IRPF, en materia de planes de pensiones.

El año 2005 no fue bueno para el mercado.Los ahorradores aportaron 2.700 millones de euros menos que en 2004

- Se establece un límite único de 8.000 euros anuales para las aportaciones a fondos y planes de pensiones y productos ligados a la dependencia. Esta cifra podrá incrementarse hasta los 24.250 euros, únicamente en caso de discapacidad. En la actualidad, los particulares menores de 52 años pueden aportar a uno o varios planes de pensiones efectivamente hasta 8.000 euros pero, una vez superada esta edad y, por cada año de más que tenga el trabajador hasta los 65 años, se puede destinar a estos productos financieros 1.250 euros anuales adicionales, con el tope máximo de 24.250 euros.

- Estas aportaciones no podrán superar el 30% de las rentas activas del contribuyente, es decir, las derivadas del trabajo o actividades empresariales. Ese porcentaje se elevará hasta el 50% para los mayores de 52 años. Hoy por hoy no existe ningún tipo de limitación en este sentido.

- Para asegurar que estos productos financieros sirven efectivamente para complementar las pensiones o asegurar situaciones de dependencia, se vincula el beneficio fiscal a que sean percibidos en forma de renta vitalicia. Según la normativa aún vigente, cuando se rescata un plan de pensiones (se recupera el dinero), el capital acumulado recibido como prestación tiene la consideración a efectos del IRPF de rendimiento del trabajo. Si se percibe en forma de capital en un único pago, siempre que hayan transcurrido más de dos años desde que se realizó la primera aportación, el particular sólo tiene que incluir como rendimiento del trabajo un 60% de la cantidad cobrada (reducción del 40%). Si se percibe en forma de renta, no se aplica ningún tipo de reducción.

Dado el impacto de este cambio fiscal, Hacienda podría mantener el beneficio fiscal del rescate en forma de capital durante un periodo transitorio de cuatro años.

Estas novedades tributarias, que aún no son definitivas, pueden llegar a modificar, según asegura buena parte de los expertos, las actuales reglas del juego de estos productos. "Es cierto que no en pocas ocasiones los planes de pensiones privados se han vendido y comprado por sus ventajas fiscales, por las amplias posibilidades de reducir impuestos que su suscripción conlleva", reconoce abiertamente Alfonso Sáez Alonso, director de la división de productos de Bankinter, quien añade que no son pocos "los partícipes que colocan su ahorro en estos productos en los últimos meses del año para reducir su siguiente factura fiscal de IRPF y, acto seguido, se desatienden de la inversión que han realizado".

Rentabilidad y futuro

Luis Peña, consejero delegado de Fonditel Pensiones, piensa también que la importancia de las ventajas fiscales se ha magnificado tanto, "en detrimento de otros aspectos más significativos como la rentabilidad -hay que buscar sistemáticamente resultados positivos, aún en las épocas bajistas-, la determinación del riesgo que se está dispuesto a asumir, el horizonte temporal de la inversión, las comisiones... que ha acabado por pasar factura". En 2005, continúa este experto, la incertidumbre en este sentido ha sido muy grande: se ha hablado de una reducción drástica del volumen deducible de aportaciones, de la obligatoriedad de rescatar el capital en forma de renta, de retrasar la posibilidad de hacerlo efectivo hasta los 70 años, de vincularlos a fondos para cubrir la dependencia... "El resultado ha sido que más de un particular ha decidido no suscribir plan de pensión alguno", explica Peña.

Durante 2005, a los planes de pensiones privados han llegado cerca de 3.150 millones de euros, según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco). En 2004, la cifra de aportaciones fue de 5.850 millones de euros. Aunque no son exactamente datos homogéneos -los del pasado año son provisionales pues aún quedan por incluir algunas importantes gestoras-, el resultado ( una diferencia de unos 2.700 millones de euros) permite concluir que 2005 no ha sido un buen año para los planes de pensiones en lo que a captación de ahorro se refiere.

Si el tinte fiscal de estos productos y sus incertidumbres al respecto han dado como resultado esta significativa reducción del dinero depositado en planes de pensiones, a partir de ahora, y con una reforma tributaria en marcha que contempla una clara limitación de las ventajas fiscales de estos productos, la solución para relanzarlos exige "hacer una gestión del ahorro más personalizada, en la que para cada partícipe se identifique un perfil adecuado de riesgo ofreciendo en todos los plazos una rentabilidad que permita obtener rendimientos positivos en términos reales, es decir, ganancias tras descontar la inflación", explica Silvia Ávila, directora comercial de banca seguros en Banco Sabadell. "Aun teniendo en cuenta que siempre los particulares más jóvenes pueden asumir más riesgos de inversión que los que están más cerca de la edad de jubilación, en los momentos actuales, en los que existen dudas sobre la evolución a corto plazo de la renta fija de larga duración, nuestra apuesta es hacia los planes de pensiones mixtos", añade.

Alfonso Sáez, de Bankinter, insiste en la idea de personalizar la venta de estos productos ofreciendo, además, la posibilidad de llevar a cabo una gestión patrimonial profesional. "El primer paso de la personalización ha de ser hacer un perfil del cliente. Se trata de responder a preguntas básicas (cuántos años quedan para la jubilación, qué riesgo se está dispuesto a asumir, qué situaciones de inversiones le resultan más cómodas...) para definir un perfil más o menos dinámico o agresivo y, a partir de ahí, establecer una banda de ganancias vinculada a otra de pérdidas, éstas últimas en niveles máximos. Para los más conservadores apostamos por planes de pensiones mixtos en los que un porcentaje importante esté en activos del mercado monetario y otro en valores con alta rentabilidad por dividendo", explica.

Miguel Ángel Fernández Ordoñez, secretario de Estado de Hacienda.EFE

Elegir rentabilidad y empezar joven

Lo difícil no es decidirse a suscribir un plan de pensiones, sino elegir el plan en el que se colocará el ahorro destinado a preparar la jubilación. Las diferencias de rentabilidad entre unos y otros son más que llamativas; de percibir más de 350 euros por cada 100 euros colocados hace 10 años o recuperar poco más del capital invertido.

Además de seleccionar bien, hay que empezar joven a planificar la jubilación. Cuanto antes se empiecen a realizar las aportaciones periódicas, mayor será el capital acumulado. De hecho, por 100 euros mensuales, se pondrá alcanzar un capital superior a los 107,00 euros a los 65 años (rentabilidad anual del producto: 3,66%) si se tienen en la actualidad 25 años; éste se reducirá por debajo de los 36.000 si se tienen 45 años a 9.565 euros.

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