Degollados en Irak 12 miembros de una familia chií por negarse a dejar una zona suní

Las víctimas habían recibido amenazas para que abandonaran un barrio de la ciudad de Latifiya

Mientras se suceden las negociaciones para formar Gobierno en las apacibles montañas del Kurdistán iraquí, la violencia sectaria entre las distintas comunidades se extiende en otras zonas del país. Ayer murieron degollados 12 miembros de una familia chií, que habían sido amenazados por grupos armados para que abandonaran la ciudad suní de Latifiya, unos 30 kilómetros al sur de Bagdad. Por otra parte, un terrorista suicida mató a cuatro policías iraquíes al hacer estallar la carga explosiva que portaba, en un puesto de control situado cerca de la sede del Ministerio del Interior en Bagdad.
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Mientras se suceden las negociaciones para formar Gobierno en las apacibles montañas del Kurdistán iraquí, la violencia sectaria entre las distintas comunidades se extiende en otras zonas del país. Ayer murieron degollados 12 miembros de una familia chií, que habían sido amenazados por grupos armados para que abandonaran la ciudad suní de Latifiya, unos 30 kilómetros al sur de Bagdad. Por otra parte, un terrorista suicida mató a cuatro policías iraquíes al hacer estallar la carga explosiva que portaba, en un puesto de control situado cerca de la sede del Ministerio del Interior en Bagdad.

Un grupo formado por seis hombres armados irrumpió ayer en tres casas de Latifiya poco antes de que amaneciese, según informó el capitán del Ejército iraquí Ibrahim Abdulá. "Sacaron de las casas a 12 hombres, con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, y los mataron a todos dentro de una furgoneta", aseguró el oficial iraquí.

Otras fuentes elevaron a 14 la cifra de muertos en el ataque y aseguraron que había varias mujeres entre las víctimas. La policía iraquí informó de que la familia atacada había recibido advertencias y amenazas de miembros de la insurgencia iraquí para que abandonara ese distrito de la ciudad de Latifiya, de población mayoritariamente suní.

El terrorista suicida que hizo estallar su carga explosiva en las proximidades del Ministerio del Interior en Bagdad iba disfrazado de agente de policía para intentar burlar el puesto de control de acceso a una zona de máxima seguridad. En el atentado murieron cuatro policías y otros cinco resultaron heridos.

El Gobierno francés, por su parte, pidió a los secuestradores del ingeniero francés Bernard Planche, raptado en Bagdad a comienzos de mes, su inmediata liberación, después de que amenazasen con matarle en un vídeo emitido por la cadena de televisión Al Arabiya.

La red de Al Qaeda en Irak difundió también ayer un vídeo en el que mostraba a cinco rehenes extranjeros, miembros de la Embajada de Sudán en Irak, entre los que figuraba un diplomático. Al Qaeda exigió que el Gobierno de Jartum corte sus relaciones diplomáticas con Bagdad en un plazo de 48 horas.

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Por otro lado, el sabotaje de instalaciones petroleras en el norte de Irak y el mal tiempo en el sur del país han obligado a suspender las exportaciones de petróleo.

El Ejército de Estados Unidos, a su vez, ha anunciado que va a desplegar un gran número de tropas en Bagdad para impedir que las fuerzas de seguridad iraquíes puedan verse implicados en enfrentamientos sectarios. Las relaciones entre las fuerzas de EE UU y el Ministerio de Interior de Irak llegaron a su nivel más bajo tras el descubrimiento de una cárcel secreta en las instalaciones oficiales, bajo el control de grupos de milicias radicales chiíes y proiraníes.

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