CiU supera en dos décimas al PSC en intención de voto en Cataluña

Los convergentes remontan gracias al desgaste del tripartitoCarod, relegado al 8º lugar, es el único dirigente del tripartito que no logra el aprobado

Convergència i Unió superaría en dos décimas al Partit dels Socialistes de celebrarse hoy elecciones autonómicas en Cataluña, según el barómetro hecho público ayer por el Instituto de Estudios de Opinión de la Generalitat. La federación nacionalista, que aumenta cuatro puntos su intención de voto directo y lograría el 20,8% de los sufragios, conseguiría un empate técnico o una ligera ventaja sobre el PSC, que pierde seis décimas y se queda con una intención de voto del 20,6%.

Todas las fuerzas del tripartito sufren un ligero correctivo que beneficia a CiU y, en menor medida, al PP. Este...

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Convergència i Unió superaría en dos décimas al Partit dels Socialistes de celebrarse hoy elecciones autonómicas en Cataluña, según el barómetro hecho público ayer por el Instituto de Estudios de Opinión de la Generalitat. La federación nacionalista, que aumenta cuatro puntos su intención de voto directo y lograría el 20,8% de los sufragios, conseguiría un empate técnico o una ligera ventaja sobre el PSC, que pierde seis décimas y se queda con una intención de voto del 20,6%.

Todas las fuerzas del tripartito sufren un ligero correctivo que beneficia a CiU y, en menor medida, al PP. Este resultado no sería extrapolable a unas elecciones generales, en las que la hegemonía socialista seguiría casi intacta, con un 25% de intención de voto directo para el PSC, frente al 13% que lograría CiU.

La encuesta, sin embargo, tiene importantes lagunas, pues el Centro de Estudios de Opinión no hace ninguna corrección estadística de los resultados obtenidos directamente a través de 1.900 encuestas telefónicas. Estas entrevistas arrojan índices de hasta el 22,8% de electores indecisos y apenas el 9,2% de abstencionistas. En las últimas elecciones autonómicas, celebradas en 2003, la abstención rozó el 38%.

El barómetro semestral de la Generalitat viene reflejando desde el año pasado una progresiva pérdida de apoyos para el PSC que al final CiU puede haber rentabilizado. Los socialistas reunían hace un año el 25,5% de la intención de voto directo, índice que bajó al 21,2% en el sondeo de junio y al 20,6% en el que ayer se hizo público. Si bien en los anteriores sondeos los nacionalistas no habían logrado aprovecharse del desgaste socialista, la federación nacionalista sí ha conseguido ahora sumar cuatro puntos y alcanzar el 20,8% de la intención de voto.

Los dos socios del PSC en el Gobierno catalán, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, pierden 1 y 2,4 puntos respectivamente. Los republicanos obtendrían el 12,3% de los votos y los ecosocialistas el 6%. El Partido Popular lograría, siempre antes de las correcciones estadísticas necesarias para traducir estas cifras a diputados, el apoyo del 4,9% de los sufragios, siete décimas más que hace medio año. El PP, sin embargo, quedaría relegado a la quinta y última posición en el arco parlamentario catalán.

La encuesta fue realizada durante la tercera semana de noviembre, 15 después del debate de toma en consideración del proyecto de reforma del Estatuto catalán en el Congreso de los Diputados. Ello explicaría, según el director del Centro de Estudios de Opinión, Gabriel Colomé, que la valoración global de los políticos catalanes haya aumentado en comparación con el anterior sondeo.En la encuesta destaca especialmente la valoración creciente de Artur Mas y del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Este último, sin embargo, se ve relegado al cuarto lugar de la lista de los políticos más valorados.

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El secretario general de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, encabeza de nuevo la lista de los políticos más valorados. Artur Mas desbanca del segundo puesto a Josep Antoni Duran, que queda tercero por delante de Pasqual Maragall, cuarto en valoración pese a incrementar su puntuación en tres décimas. En la parte más baja de la lista se encuentra el líder del PP de Cataluña, Josep Piqué, que pierde casi cuatro décimas respecto al anterior barómetro y se queda con una puntuación de 3,42.

También recibe un suspenso (4,57) el líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, relegado a la octava posición de una lista de 10. Gabriel Colomé dio una de las posibles razones de este pobre resultado: "A pesar de que es uno de los líderes más conocidos y está bien valorado por su propio electorado, Carod acumula muchos votos negativos entre los votantes de otros partidos, posiblemente como consecuencia de las campañas que se han organizado en contra suya".

Los líderes de cada partido no son siempre los más valorados por sus propios votantes. Y Carod es, probablemente, el caso más paradigmático, pues es superado claramente por el secretario general de la formación y portavoz de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós. Otro portavoz de grupo parlamentario en el Congreso, Joan Herrera, supera también al líder de su partido, Joan Saura. La diferencia entre ambos dirigentes ecosocialistas es de más de cuatro décimas.

Como viene siendo habitual en la vida política catalana, los resultados sobre intención de voto no guardan relación en las elecciones autonómicas y las generales. En estas últimas, el PSC volvería a imponerse de forma arrolladora a los nacionalistas de CiU, que se quedarían con el 13,8% de los votos frente al 25,7% del PSC, que, sin embargo, perdería algo más de dos puntos con respecto al anterior barómetro. ERC y PP se mantendrían estables e ICV sufriría un descenso en torno a dos puntos, pasando del 6,7% al 4,7%.

A diferencia de las elecciones autonómicas, en las que el PP se vería desplazado a la última posición, en unos comicios generales lograría superar los resultados de ICV.

Problemas ciudadanos

Donde no hay cambios relevantes es en la lista de preocupaciones de los ciudadanos. El paro, la inmigración y la vivienda son, por este orden, los tres problemas más citados cuando se pregunta a los catalanes qué aspectos sociales les generan mayores quebraderos de cabeza. La necesidad de un nuevo Estatuto no aparece hasta la octava posición, lejos de otras necesidades cotidianas, como la educación, la inseguridad y la sanidad.

Sin embargo, no hay diferencias apreciables entre la reclamación de un nuevo Estatuto que hacen los votantes de los diferentes partidos. Incluso quienes afirman haber apoyado al PP en las últimas elecciones sitúan este aspecto como sexta prioridad en la lista de carencias y problemas, una posición similar a la que le atribuyen los electores de las fuerzas que bendijeron la reforma.

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