Reportaje:

Microsoft asalta el salón

La compañía saca a la venta su consola Xbox 360 un año antes de que Sony, el líder del mercado, presente la Playstation 3

Microsoft quiere hacerse un hueco en el salón. El arma que usará para intentarlo es Xbox 360, una consola de última generación que se adelanta un año a las de Sony y Nintendo. Su objetivo es arañar cuota en un mercado de 21.000 millones y que ya no es sólo un juego. Las consolas, que reproducen películas, música o fotos, aspiran a ampliar mercado y convertirse en el centro de ocio del hogar.

Ésta es la historia de una guerra que se repite cada cuatro o cinco años aunque todo indica que, esta vez, será más cruenta que nunca. Cada nueva generación de consola de videojuegos es más compleja...

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Microsoft quiere hacerse un hueco en el salón. El arma que usará para intentarlo es Xbox 360, una consola de última generación que se adelanta un año a las de Sony y Nintendo. Su objetivo es arañar cuota en un mercado de 21.000 millones y que ya no es sólo un juego. Las consolas, que reproducen películas, música o fotos, aspiran a ampliar mercado y convertirse en el centro de ocio del hogar.

Los analistas creen que Sony parte con ventaja. Pero si se retrasa en sus planes y se ve obligada a vender bajo precio, puede perder
Microsoft ha invertido ya 12.000 millones de dólares en su producto, y está dispuesta a gastarse más: pierde 153 dólares por cada máquina
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Ésta es la historia de una guerra que se repite cada cuatro o cinco años aunque todo indica que, esta vez, será más cruenta que nunca. Cada nueva generación de consola de videojuegos es más compleja que la anterior, lo que significa que es más cara de diseñar y producir y, por tanto, hay cada vez menos competidores. De lo que fue un negocio floreciente hace 20 años sólo quedan tres empresas, de las cuales dos (Sony y Microsoft) son recién llegadas; únicamente Nintendo lleva en él más de 20 años. Son máquinas multiformes, tan potentes como grandes ordenadores y repletas de posibilidades, así que fabricarlas cuesta casi el doble del precio al que se vende. Y, además, hay que contar con que su vida dura sólo tres o cuatro años, justo hasta que los jugadores se enteran de que hay una nueva generación esperando. Éste es uno de esos momentos. La primera consola de la nueva generación está aquí.

Se llama Xbox 360 y es de Microsoft. Esta misma semana se ha presentado en Estados Unidos, donde se han vuelto a ver esas largas colas de ansiosos jugadores ante las tiendas que son ya clásicas en los lanzamientos de productos electrónicos de última generación, y que tanto sirven en las campañas de marketing. Xbox 360 llegará a las tiendas españolas el próximo viernes, con 50.000 unidades, de las cuales está ya vendido el 90%. Es una potentísima máquina para jugar pero también es multiforme, es decir, sirve para hacer muchas otras cosas como ver cine, escuchar música o hablar por Internet (véase página siguiente).

Microsoft está acostumbrada a arriesgar poco y ganar siempre. Esta vez ha arriesgado mucho aunque pocos creen que ganará. Ha sido capaz, incluso, de asesinar a su consola Xbox para salir al mercado con la nueva y mejorada Xbox 360 y adelantarse más de un año a los planes de Sony y Nintendo. Microsoft ha invertido ya 12.000 millones de dólares en su máquina, y está dispuesta a gastarse más: le cuesta unos 552 dólares fabricar cada una de sus consolas, pero las vende a 399 dólares, según datos de los analistas de iSupply recogidos por Bloomberg. Eso significa que, si logra su objetivo de vender diez millones de consolas en un año, habrá perdido 1.530 millones con ella.

Lo que Microsoft quiere es coger carrerilla ya que el dinero, en este negocio, se hace vendiendo muchas consolas para crear un parque al que después vender muchos juegos. Y hay algo más: Microsoft busca la posibilidad de abandonar los ordenadores personales de las oficinas y despachos, que controla desde hace dos décadas con Windows, para instalarse en el centro del salón y convertirse en la primera opción de ocio de los hogares.

Hasta ahora, la apuesta ha fallado. Xbox sólo ha vendido 22 millones de consolas y ha logrado una discreta cuota del 17%, muy lejos de las previsiones iniciales. Además, internamente se reconocen algunos errores estratégicos, como un diseño negro y agresivo que horrorizó a los japoneses, o la decisión de dotar a la Xbox de carísimas capacidades técnicas que después se han desaprovechado, como, por ejemplo, la compatibilidad con televisores de alta definición que sólo ahora empiezan a venderse. En los dos últimos años, la unidad de Microsoft en la que se engloba Xbox ha perdido 2.400 millones de dólares.

El rey 'Play'

Microsoft lo ha tenido difícil, en todo caso, porque Xbox nació cuando en el reino de las consolas ya había un emperador. Sony ha conseguido hacer de Playstation uno de los productos de electrónica de consumo más exitosos de la historia: ha vendido ya más de 100 millones de consolas. De ellas, 96 millones pertenecen a la segunda generación, la Playstation 2, que es la que ha sacado este producto del gueto para convertirlo en un centro de entretenimiento capaz de disputarle el tiempo de ocio, incluso, a la televisión. "En los últimos diez años", explica Paul Jackson, analista de la consultora Forrester, "Sony ha transformado un mercado para niños y en decadencia en un medio respetado, atractivo y guay". Así, mientras el negocio del entretenimiento crece a un 5%, el de los videojuegos lo hace a un 16%, según datos de PwC.

El éxito de Playstation -la Play, para sus fieles- ha sido producto de una mezcla de circunstancias, añade Jackson: una publicidad inteligente y alejada de los niños (se hicieron campañas en bares y discotecas), una buena máquina y cientos de buenos juegos, entre ellos los desarrollados por la propia Sony. Si se añaden las torpezas estratégicas de competidores como Sega, la idea de añadir a la máquina un DVD y la compatibilidad con los juegos de la Play 1, el resultado es una cómoda cuota de mercado del 68% que permite a Sony relajarse un poco ante la embestida de la Xbox 360.

El gigante japonés deja caer con cuentagotas la información sobre su esperadísima Playstation 3. Sólo ha emitido una nota de prensa oficial, y sus portavoces se remiten a ella cuando se les pregunta al respecto. Se sabe que, al menos sobre el papel, será más potente que la Xbox 360 y 35 veces más que la Playstation2. Contará con la tecnología Blu-Ray, que es la apuesta de Sony para los DVD de alta definición que sustituirán a los actuales. La previsión de la compañía es lanzar la consola en primavera de 2006 en Japón y después del verano en Europa.

En esta guerra por el salón, Nintendo parece haberse quedado descolgada. La compañía japonesa, que dominó el mercado de las consolas en los 80, ha sido superada por Microsoft como número dos en los hogares y apenas conserva un 15% del negocio con su GameCube. Pero la compañía japonesa mantiene la calma. No pierde dinero desde 1985, y ha conseguido que su negocio de videojuegos sea el más rentable de las tres empresas. Tiene una estrategia muy distinta a la de sus rivales. Xbox y Playstation se disputan a los jugadores habituales y los hardcore, los más especializados y duros del mercado. Estos exigen la última tecnología, que normalmente es la más cara. Nintendo, sin embargo, intenta simplificar el manejo de la consola y captar nuevos públicos donde ahora no los hay. "El usuario nuevo es imprescindible", dice Luciano Pereña, su director general en España. "Si no, el mercado se saturará y nos convertiremos en un nicho". Además ha conseguido una clientela muy fiel entre quienes valoran sus juegos clásicos (Mario, Donkey Kong, Zelda) por encima de la violencia del juego o la potencia de sus gráficos. Eso explica que Nintendo sea "muy relevante en el mercado, a pesar de su tamaño", explica Pereña. La nueva consola, Revolution, estará lista para la Navidad de 2006.

¿Quién va a ganar? Microsoft cuenta con la ventaja del tiempo. Hay analistas, como los de Yankee Group, que creen que si la compañía de Gates consigue aprovechar este año para hacerse con unos 200 buenos juegos de aquí a las próximas navidades, y aumentar su ya exitosa línea de juego online (2,2 millones de personas), puede incrementar su cuota hasta el 40% en un solo año. Nintendo confía en su tecnología -dispondrá de un revolucionario mando a distancia- y en su probada estrategia de negocio. Pero como dice Paul Jackson, "ésta es una carrera que Sony tendrá que perder": por más que hagan sus competidores, si Sony no falla, es poco probable que la situación cambie. Así que la pregunta es, más bien, ¿puede Sony fallar?

Dos circunstancias juegan en su contra: el tiempo y el dinero. Algunos analistas (como los expertos japoneses de KBC) creen que la fecha de primavera es "poco realista" ya que los creadores de juegos no han empezado a desarrollarlos. Si Playstation 3 se retrasa, la cuota de Microsoft aumentará y también el número de desarrolladores que trabajarán para ella. Los videojuegos son muy caros; sólo tres de cada diez son rentables. Así que las empresas que las crean eligen a la consola con mayor cuota de su generación. Sony tendrá que ser muy cuidadosa, además, con el precio al que venderá su producto. Si quiere ponerse a la altura de Xbox 360, perderá mucho dinero ya que la tecnología de PS es superior (y más cara), algo que la compañía no se puede permitir en plena crisis. Pero si cuesta más cara, y los jugadores no la perciben como mejor, perderá el negocio.

Lo más curioso es que la guerra de las consolas de última generación ya ha comenzado, incluso cuando dos de los contendientes ni siquiera han pisado el campo de batalla. Los usuarios no compran máquinas ni nuevos juegos a la espera de las nuevas, así que las ventas totales de la industria cayeron un 16% en octubre, según la consultora NPD. Nintendo acaba de anunciar que sus beneficios descendieron un 51% en el primer semestre por la caída en ventas de Game Cube y el coste de desarrollar Revolution. Las ganancias de Electronic Arts, el mayor fabricante de juegos, han caído un 47%.

Por eso, la idea final de todo el sector no es tanto pelearse por la tarta como añadir porciones. Quieren encontrar nuevos clientes; de ahí la diversidad de posibilidades que ofrecen las consolas. "Luchamos por el tiempo de ocio, no contra Sony o Nintendo", resume Teo Alcorta, director de marketing de Xbox.

Bill Gates juega con la Xbox 360REUTERS

El mundo peculiar de las portátiles

Las consolas portátiles viven en otro mundo. En él, el rey es Nintendo, que tiene tres productos entre los cuatro más vendidos: Game Boy Advance, Game Boy Advance SP y Nintendo DS. En decenas de años y generaciones, nadie ha podido arrancar a la japonesa el liderazgo, ni siquiera Nokia, que fracasó con su N-Gage.

Las cosas pueden cambiar, en todo caso. El pasado septiembre, Sony decidió desembarcar en este mercado con su consola PSP. Por ahora, y según datos de KBC Securities, Nintendo está ganando la partida: en el último trimestre se vendieron 5,3 millones de DS, frente a 4,9 millones de PSP. Pero aún es pronto para saber si la todopoderosa Sony puede arrebatarle a Nintendo su mercado. Tanto Sony como Nintendo aseguran, de todos modos, que sus productos son completamente distintos y complementarios en el mercado: la DS representa una nueva forma de jugar, ya que tiene una pantalla táctil; la PSP es centro multimedia portátil en el que también se pueden ver películas o escuchar música.

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