Alarma en el sur de Lleida por la construcción de una central térmica de carbón en Mequinensa

Los alcaldes de los pueblos afectados temen la contaminación que puede generar la planta

El proyecto de construcción de una central térmica de carbón en Mequinensa (Zaragoza), promovida por la empresa Carbonífera del Ebro, ha creado alarma en las localidades del sur de Lleida -La Granja d'Escarp, Serós, Massalcoreig o Almatret- y también en la comarca oscense del Bajo Cinca. Los alcaldes afectados temen que la planta pueda ser un agente contaminante en una zona de gran valor agrícola. Entidades ecologistas aragonesas y catalanas han presentado alegaciones contra el proyecto solicitando que no se ejecute por razones ambientales, económicas y turísticas.

La iniciativa presen...

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El proyecto de construcción de una central térmica de carbón en Mequinensa (Zaragoza), promovida por la empresa Carbonífera del Ebro, ha creado alarma en las localidades del sur de Lleida -La Granja d'Escarp, Serós, Massalcoreig o Almatret- y también en la comarca oscense del Bajo Cinca. Los alcaldes afectados temen que la planta pueda ser un agente contaminante en una zona de gran valor agrícola. Entidades ecologistas aragonesas y catalanas han presentado alegaciones contra el proyecto solicitando que no se ejecute por razones ambientales, económicas y turísticas.

La iniciativa presentada hace meses en el Ayuntamiento de Mequinensa prevé la construcción de una térmica de 37 megavatios de potencia, a unos ocho kilómetros aguas abajo del río Ebro a su paso por esta localidad, en las instalaciones mineras propiedad de la empresa. La central quemaría un carbón de baja calidad teniendo en cuenta que se trata de lignito rojo procedente de las escombreras que durante años se depositaron en el exterior de las minas explotadas en la cuenca minera de Mequinensa. En este caso sólo se utilizaría el 30% de carbón.

La térmica, que cuenta con el informe favorable de la Comisión Nacional de la Energía, sería de las denominadas "centrales verdes" porque funcionan con una técnica de combustión indirecta que, a juicio de los expertos, atenúa los efectos contaminantes sobre el medio ambiente. Sin embargo, los ecologistas y los alcaldes de las poblaciones situadas en el área de influencia de la térmica recelan de esta circunstancia porque no creen que reduzca las emanaciones de gases ni elimine el fenómeno de la lluvia ácida.

La empresa tiene previsto poner en marcha la central en 2007. El proyecto ha generado diversidad de opiniones en la zona. A favor están el Ayuntamiento de Mequinensa, gobernado por el PSOE y el PP, y en contra, los grupos municipales de IU y el Partido Aragonesista (Par), además de los alcaldes de las localidades vecinas, la mayor parte catalanas. Jaume Borbón, concejal de IU y ex alcalde de Mequinensa, considera que, aunque será una central de baja potencia, nadie puede garantizar que no contaminará. "La combustión de carbón producirá gases y otro tipo de emanaciones nocivas que afectarán al entorno y que perjudicarán la actividad turística en la zona", señaló.

El grupo Ecologistas en Acción del Bajo Cinca denuncia la existencia de favoritismo hacia la empresa que promueve la térmica, ya que su gerente Miguel Godia -ex alcalde de Mequinensa, ex gobernador civil de Huesca y ex delegado del Gobierno central en La Rioja durante el mandato de Felipe González- es hermano de la actual alcaldesa de Mequinensa, la socialista Magdalena Godia. Miguel Godia causó alta en la sociedad en julio de 1996 como apoderado y a fecha de ayer no constaba su baja.

Posibles irregularidades

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La alcaldesa de Mequinensa manifestó ayer no tener conciencia de haber incurrido en ningún tipo de irregularidad y consideró de mal gusto que se haga alusión a la cuestión del parentesco. "Mi hermano es un trabajador que hoy está en esta empresa y que mañana puede estar en otra. No veo que existan motivos para abstenerse en las votaciones que puedan afectar a este proyecto, ya que es tan lícito votar a favor como hacerlo en contra", señaló Godia. La alcaldesa afirmó que en este asunto sólo se guía por los intereses del municipio. Añadió que la industria será buena para Mequinensa porque representará ingresos económicos y garantizará la continuidad de la cuenca minera y de muchos puestos de trabajo.

Godia dijo que concederá a Carbonífera del Ebro la licencia para iniciar las obras si el informe del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental es favorable. Ecologistas en Acción presentó el 13 de junio un escrito de alegaciones ante Medio Ambiente del Gobierno aragonés, en el que se asegura que existen fundamentos, avalados por la experiencia de otras instalaciones similares, para temer que los productos de la combustión que se emitirán pueden dañar la salud de los habitantes de las localidades vecinas y los cultivos y vegetación natural de la zona. "Además de alejarnos un poco más del cumplimiento del tratado de Kioto, que limita la emisión de gases que originan el calentamiento del clima, supondrá un deterioro de la calidad del aire, en especial por la emisión de óxidos de azufre y de nitrógeno", señala Saturnino Barbe, portavoz de la entidad ecologista.

En concreto, se teme, como producto secundario de la contaminación, la formación de ozono, gas que es nocivo para las personas y para la agricultura incluso en muy bajas concentraciones. Estos gases contaminantes se dirigirían por efecto del viento hacia la zona de Almatret en invierno; es decir, hacia cataluña, y hacia el valle del Cinca y del Segre en vertano. Los alcaldes de la parte catalana están preocupados por las consecuencias negativas que tendrá el proyecto para sus municipios.

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