¿Ciudad próspera y moderna?
En Barcelona, las pintadas son sancionadas mientras que la ciudad se llena de rayas verdes y azules. Determinados comportamientos en parques, jardines y grandes espacios urbanos serán sancionados, como lo será también la mendicidad, la prostitución y captación de clientes, la contaminación acústica, el top manta, la venta de latas, la música en la calle, el botellón, escupir, orinar o defecar en la vía pública. Todo será sancionado. Llegados a este punto, veo claramente el futuro de esta maravillosa ciudad: en unos años, sin humo, pero más gris y triste que nunca.
Ese no r...
En Barcelona, las pintadas son sancionadas mientras que la ciudad se llena de rayas verdes y azules. Determinados comportamientos en parques, jardines y grandes espacios urbanos serán sancionados, como lo será también la mendicidad, la prostitución y captación de clientes, la contaminación acústica, el top manta, la venta de latas, la música en la calle, el botellón, escupir, orinar o defecar en la vía pública. Todo será sancionado. Llegados a este punto, veo claramente el futuro de esta maravillosa ciudad: en unos años, sin humo, pero más gris y triste que nunca.
Ese no rotundo a la alegría hará que nos encerremos cada vez más en nuestras paredes de hormigón, mientras nos preguntamos por qué los jóvenes buscan alternativas al divertimento que jamás serán del agrado de nadie. La depresión, la obesidad y la antisociabilidad serán las reinas de esta ciudad tan bonita para el turista... Nuestro flamante alcalde, Joan Clos, necesita unas cuantas toallitas húmedas para limpiar sus gafas.