Ochenta fotografías muestran la vida tras el 'tsunami' en el sureste asiático

Llavori expone en San Sebastián imágenes que tomó en la India

Una gran ola asoló el sureste asiático el 26 de diciembre de 2004 y dejó tras de sí la huella de la muerte y la destrucción, pero no logró acabar con la esperanza de miles de personas empeñadas en seguir adelante. Ése es al menos el mensaje que quiere trasladar el fotógrafo Juan Ramón Llavori con las imágenes que tomó tras el tsunami en Kanyakumari, al sur de la India, y que ahora muestra en San Sebastián.

Juan Ramón Llavori (Zumaia, 1953) había viajado ya varias veces a la India con su cámara y sabía además que Medicus Mundi Guipúzcoa llevaba varios años trabajando en el distrit...

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Una gran ola asoló el sureste asiático el 26 de diciembre de 2004 y dejó tras de sí la huella de la muerte y la destrucción, pero no logró acabar con la esperanza de miles de personas empeñadas en seguir adelante. Ése es al menos el mensaje que quiere trasladar el fotógrafo Juan Ramón Llavori con las imágenes que tomó tras el tsunami en Kanyakumari, al sur de la India, y que ahora muestra en San Sebastián.

Juan Ramón Llavori (Zumaia, 1953) había viajado ya varias veces a la India con su cámara y sabía además que Medicus Mundi Guipúzcoa llevaba varios años trabajando en el distrito de Kanyakumari, donde ha construido el Hospital del Pilar. Así que, después del maremoto, contactó con la ONG y se ofreció a realizar un proyecto que ha bautizado Océanos de luz, más allá del tsunami y que conforman 80 fotografías.

El fotógrafo tomó imágenes en Kanyakumari del 10 al 24 de mayo de este año, catorce "intensos" días durante los que apenas durmió. Su idea era organizar una exposición que "diera la vuelta a la tragedia", que mostrara "el lado positivo" y hasta "poético" de las personas y los lugares que sobrevivieron. Una tarea que le ha resultado "muy difícil", porque de alguna manera ha creado "un mundo irreal", comenta. Sin embargo, añade que ha logrado amortiguar esa desazón con la complicidad que encontró al otro lado del objetivo.

Llavori inmortalizó los rostros raídos de los viejos pescadores, en los que todavía cabe una sonrisa. Igual que cabe en los niños que miraron a su cámara. Plasmó también el esfuerzo de esos pescadores por sacar frutos de la mar, aunque sea con unas rudimentarias embarcaciones construidas con tres troncos. Y retrató el hospital levantado por Medicus Mundi gracias a la solidaridad de cientos de personas. Todo ello se puede contemplar en el edificio de Tabacalera hasta el 1 de noviembre. Luego, la exposición quedará a disposición de los municipios que la quieran exhibir.

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