Reportaje:

Energía eléctrica de proteínas

Acciona invierte cuatro millones en el desarrollo de placas solares más rentables y baratas

De la energía que emana del Sol se habla mucho, pero no hay manera de instrumentalizar tecnologías que permitan su captura y aprovechamiento rentables. La subida constante del precio de los combustibles fósiles -petróleo, gas- está forzando a los gobiernos y a las grandes corporaciones a explorar el desarrollo de herramientas capaces de transformar esa energía en electricidad. El abanico de líneas de investigación es enorme, sobre todo las encaminadas a sustituir el silicio (caro y escaso) de las placas fotovoltaicas como materia prima y ganar rendimiento, actualmente estancado en el 15%.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

De la energía que emana del Sol se habla mucho, pero no hay manera de instrumentalizar tecnologías que permitan su captura y aprovechamiento rentables. La subida constante del precio de los combustibles fósiles -petróleo, gas- está forzando a los gobiernos y a las grandes corporaciones a explorar el desarrollo de herramientas capaces de transformar esa energía en electricidad. El abanico de líneas de investigación es enorme, sobre todo las encaminadas a sustituir el silicio (caro y escaso) de las placas fotovoltaicas como materia prima y ganar rendimiento, actualmente estancado en el 15%.

A una de estas líneas innovadoras se ha incorporado el grupo Acciona, a través de su división de energías renovables EHN, tras firmar un contrato con el equipo de bioingeniería de la Universidad de Los Ángeles en California (UCLA), dirigido por Carlo Montemagno. El contrato o joint venture, por valor de cuatro millones de euros, compromete a Montemagno a desarrollar en dos años un prototipo de placa solar flexible sobre la base de proteínas que reproducen procesos naturales como la fotosíntesis, que transforma la luz en procesos químicos.

El proyecto persigue elaborar en dos años un prototipo de placa solar orgánica y flexible con el doble de rendimiento que las de silicio

"Imagínese el tamaño de un balón de fútbol comparado con la Tierra. Hasta la aparición de la nanotecnología en los años noventa, nuestras herramientas eran del tamaño de la Tierra. Ahora, esta tecnología nos permite ver cómo operan las moléculas presentes en la naturaleza y conocer sus mecanismos. Y hemos observado que realizan funciones múltiples y complejas como las de transportar o bombear cosas", afirma Montemagno.

Jefe del departamento de bioingeniería de la UCLA, y con años en la investigación del petróleo desde la Armada y el departamento de Energía de EE UU, Montemagno sostiene que la tecnología para que las proteínas capturen la luz solar y la transformen en electrones (electricidad) está plenamente desarrollada. Y ahora, con el apoyo financiero de Acciona y la colaboración del Centro Nacional de Energías Renovables, que le causó "una excelente impresión" en su visita a Navarra, confía en disponer dentro de dos años de un prototipo de placa solar orgánica flexible, con el doble de rendimiento que las actuales de silicio rígidas y a un tercio de su coste.

Montemagno y Acciona asumen que la aventura supone un riesgo y no descartan que acabe en fracaso. "No sería el único caso de éxito científico y fracaso comercial, pero sin riesgos no se avanza", suscribe el científico. "Agradezco que Acciona esté motivada para embarcarse en el proyecto". En una primera fase trabajarán en el diseño del prototipo siete u ocho personas; más tarde se necesitará la colaboración de más gente en España para adaptarlo a su comercialización.

El desembarco de Acciona en el apoyo a iniciativas de I + D ha partido de su propio presidente, José María Entrecanales, a quien convenció un banquero dedicado a la búsqueda de financiación para la comercialización de patentes generadas en universidades norteamericanas.

José Manuel Entrecanales, de oscuro, con Yolanda Herran, Carlo Montemagno, Carlos Itoiz y Esteban Morrás.

Archivado En