El tercer intento de Eslovaquia
Adscrito a la FIFA desde 1993, tras la ruptura de la antigua Checoslovaquia, la selección de Eslovaquia ha estado cerca de clasificarse para las dos últimas grandes citas internacionales: el Mundial 2002 y la Eurocopa 2004. El progreso del fútbol en un país de poco más de cinco millones de habitantes está reflejado en el auge de la selección nacional y también en la presencia de un club modesto como el Artmedia en la Liga de Campeones. Ahora, Eslovaquia juega esta repesca, igual que su antigua hermana, la República Checa. Se ha medido con España en dos ocasiones perdiendo en ambas: 4-1 en Tene...
Adscrito a la FIFA desde 1993, tras la ruptura de la antigua Checoslovaquia, la selección de Eslovaquia ha estado cerca de clasificarse para las dos últimas grandes citas internacionales: el Mundial 2002 y la Eurocopa 2004. El progreso del fútbol en un país de poco más de cinco millones de habitantes está reflejado en el auge de la selección nacional y también en la presencia de un club modesto como el Artmedia en la Liga de Campeones. Ahora, Eslovaquia juega esta repesca, igual que su antigua hermana, la República Checa. Se ha medido con España en dos ocasiones perdiendo en ambas: 4-1 en Tenerife en 1996 y 1-2 en Bratislava el año siguiente, en la fase de clasificación para el Mundial 98. Se le complicó alcanzar la repesca tras algunos tropiezos, como un empate en Liechtenstein en agosto, y hasta la última jornada no pudo confirmar la segunda plaza de su grupo (liderado por Portugal, único equipo que le ganó) igualando a cero con Rusia en un tenso partido en el estadio Tehelné Pole de Bratislava. "Fueron los peores 90 minutos de mi vida", declaró al final el seleccionador eslovaco, Dusan Galis. Acusa la baja de su mejor jugador, el media punta goleador Mintal, del Nuremberg, con una fractura de tobillo, pero ha encontrado un buen recambio en el espigado delantero Vittek, que también juega en el Nuremberg, autor de seis tantos en la fase de clasificación. Como Vittek, el grueso del equipo está curtido en ligas como la alemana, la inglesa o la rusa, conformando un bloque correoso, técnicamente correcto pero con escaso talante creativo, y que afrontará la eliminatoria como la más importante cita en la historia del fútbol de su país.