Tributo al genio hidráulico de Roma

El talento que había detrás de las principales manifestaciones de la civilización romana recibe hasta el mes de noviembre en Madrid un homenaje especial en el Museo Arqueológico, situado en la calle de Serrano, 13, donde en una exposición se relata la captación, tenencia y administración del agua, soporte básico de la vida.

Precisamente por tratarse de asunto tan vital, Roma empleó las mejores mentes y las más vigorosas de sus energías para encararlo. Contaba para ello con herramientas de gran perfección instrumental a partir del básico opus caementitum, el hormigón, inventado po...

El talento que había detrás de las principales manifestaciones de la civilización romana recibe hasta el mes de noviembre en Madrid un homenaje especial en el Museo Arqueológico, situado en la calle de Serrano, 13, donde en una exposición se relata la captación, tenencia y administración del agua, soporte básico de la vida.

Precisamente por tratarse de asunto tan vital, Roma empleó las mejores mentes y las más vigorosas de sus energías para encararlo. Contaba para ello con herramientas de gran perfección instrumental a partir del básico opus caementitum, el hormigón, inventado por sus constructores, y que incluía además oscillum -ladrillos-, filtros, caceras pétreas y metálicas, más bombas de pistones.

Pero, también, se valía de la aritmética, el cálculo y el propio Derecho, del cual Roma se sirvió para ordenar riegos, lindes y cuotas, suministros y alcantarillados a lo largo de su imperio.

De esta suerte, la hidráulica romana acometió los problemas de la detección, tratamiento, canalización y distribución de agua con fórmulas de inteligencia suprema, que esta exposición desvela, amén de destinar a tal menester copiosísimos recursos, muchos de los cuales han permanecido en la arquitectura hidráulica de Europa.

He ahí su expresión sobre numerosos acueductos, acequias, norias, cisternas, minas, piscifactorías o molinos, cuyos nobles vestigios permanecen aún -más o menos indemnes- sobre paisajes de España, Francia, Croacia, Turquía o la propia Italia, como la exposición muestra.

Llama la atención del visitante la riqueza de fórmulas e instrumentos que el genio romano desplegó para consumar una cabal administración del agua, con pleno respeto a sus divinidades propias. Incluye la regulación del agua de la localidad zaragozana de Botorrita, que ya en el año 87 de esta era revelaba la disputada rivalidad por la tenencia de la riqueza hídrica del caudaloso río Ebro.

El Museo Arqueológico Nacional dirigió años atrás una exposición, denominada Artifex, donde puso de relieve los sorprendentes logros de la ingeniería de Roma.

Como reconocen los expertos, la entidad de aquel certamen pasó a engrosar los anales de las más memorables muestras montadas en las principales salas culturales madrileñas. Pero la exposición actual, que emplea algunos de los elementos desplegados entonces, como maquetas sobre ingenios cordobeses y emeritenses relacionados con la hidráulica de la época de Augusto, no le va a la zaga.

Sobre todo por la variedad de objetos exhibidos, desde holvillas de hierro para la elevación de pesos, hasta las hidrias para almacenar agua, o los primeros vasos, sítulas, coladores o jarras de cristal, que datan del primer siglo de esta era.

La exposición muestra también los artificios que en la comarca de Las Médulas, en la provincia de León, han pasado a la historia como cánones de la transformación del paisaje, al haber extraído minerales preciosos como la plata y el oro.

Gracias a un dispositivo de perforaciones, los mineros romanos consiguieron pulverizar hidráulicamente montañas enteras de esta zona. Cada metro cúbico de monte así tratado procuraba 50 gramos de metal precioso. Con razón esta área estratégica era fieramente defendida por la Legión VII, equivalente hoy a una división de élite.

Aqua romana.De martes a sábado, de 9.30 a 20.30. Domingos y festivos, hasta las 14.30. Lunes, cerrado.