Reportaje:

Una autoescuela de élite

Persecuciones, trompos y maniobras imposibles en el primer curso regional de conducción policial

Una treintena de policías locales llegados desde las ocho provincias andaluzas participa estos días, en el circuito de Jerez, en el primer curso de conducción policial y seguridad que se imparte a nivel regional. El objetivo de esta experiencia, enmarcada dentro de los planes de formación continua del sindicato UGT, es que los agentes sepan hacerse con el coche en las situaciones de riesgo que puedan encontrarse en su trabajo diario, y que, al mismo tiempo, logren salvaguardar la seguridad de los demás vehículos y viandantes que se crucen en su camino. Como comentaba uno de los alumnos, "aquí ...

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Una treintena de policías locales llegados desde las ocho provincias andaluzas participa estos días, en el circuito de Jerez, en el primer curso de conducción policial y seguridad que se imparte a nivel regional. El objetivo de esta experiencia, enmarcada dentro de los planes de formación continua del sindicato UGT, es que los agentes sepan hacerse con el coche en las situaciones de riesgo que puedan encontrarse en su trabajo diario, y que, al mismo tiempo, logren salvaguardar la seguridad de los demás vehículos y viandantes que se crucen en su camino. Como comentaba uno de los alumnos, "aquí no vale una de esas persecuciones que se ven en las películas americanas en las que termina destrozada media ciudad y se llevan por delante a todo el que pasa".

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De esta forma, el programa de los cursos, cuya realización es pura adrenalina y espectáculo, repasa desde la posición que el conductor debe mantener en el interior del habitáculo, o hasta el mantenimiento y cuidado del vehículo policial, aunque lo más complicado y llamativo llega con las maniobras sobre el asfalto.

Los agentes empiezan practicando ejercicios de volante con firme seco, mojado y deslizante; una especie de eslalon que se realiza hacia delante y también marcha atrás. Seguidamente, llega uno de los capítulos más densos: el del manejo de los frenos con o sin ABS, donde se ensayan paradas asimétricas en recta y la respuesta ante la parada repentina de un vehículo que nos preceda. En el apartado de los deslizamientos está el control sobre los ejes delantero y trasero, también llamados subvirajes y sobrevirajes. Las clases se completan con maniobras evasivas y ofensivas, trazado de curvas y sorteo de obstáculos imprevistos en la calzada.

Los cursos han sido diseñados y son dirigidos por un grupo de agentes de la policía local de Córdoba que está capitaneado por Carlos Ruiz, cuya destreza y habilidad al volante son comparables a las de cualquier especialista de Hollywood. "Se trata de dotar a los policías locales de nuestra comunidad autónoma de las capacidades y actitudes para reaccionar en situaciones límite", explica. Ruiz tiene muy claro que este tipo de conocimientos son cada vez más necesarios en la vida real para los funcionarios, y añade: "Se ha abierto una puerta para esta clase de cursos, que son muy prácticos, mucho más que lo que se pueda dar en las aulas, y que son los que verdaderamente a nosotros y ellos nos van a hacer falta en la calle". Para Ruiz, la coordinación entre pies y manos es la asignatura más complicada a la hora de enfrentarse a esta forma de conducción, aunque, entre risas, asegura que hay un buen nivel en Andalucía "para perseguir a los malos".

Paqui, la única mujer del curso, es oficial de la Policía Local de Almonte (Huelva), y destaca que este tipo de experiencias sirve para no perder la práctica ni la agilidad a la hora de subir al coche patrulla. "Es conveniente reciclarse y nosotros en Almonte, El Rocío y Matalascañas nos encontramos a veces con persecuciones como estas", aclara.

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